Perfectamente equipada, Blanca nos dejó ver su lado más desconocido y también el más emotivo, ya que al llegar a su destino y escalar nada más y menos que el Khazali, una montaña de más de 1.420 metros, no pudo evitar romper a llorar. ¿El motivo? No quiso decirle nada a Jesús durante su caminata, pero después reconoció que había habido algún momento en el que no lo había pasado bien y llegó a temer por su seguridad, por si acaso se escurría y se caía durante la escalada, que hicieron mediante la técnica conocida como scrambling. “He pasado mucho miedo”, le confesó la actriz al aventurero, que corrió a abrazarla para que se tranquilizara.