El 29 de septiembre de 1992, el grupo Mecano se despedía de sus fans en legendario concierto celebrado en la plaza de toros de Valladolid después de una década de éxitos (su primera actuación en directo tuvo lugar el 2 de abril de 1982).
Pocos saben que el último show del grupo se debería haber celebrado el 13 de septiembre de aquel año, sin embargo, un problema de salud de Ana obligó a los chicos de Mecano a posponer su adiós. 25 años después de su despedida, la banda sigue siendo un referente de la música español dentro y fuera de sus fronteras y, aunque muchos de sus seguidores han clamado por su regreso, Ana Torroja, Nacho Cano y José María Cano han seguido con sus vidas apartados del nivel de popularidad que les dio el exitoso proyecto de sus comienzos.
Mecano alcanzó lo que pocos artistas han logrado en su carrera musical. Conseguir ser número uno desde su primer álbum. Como asegura el site de la banda zonamecano.com, el grupo trató sin tapujos en una época convulsa temas tan delicados como la homosexualidad o la religión, con una base musical muy elevada llena de ritmos pegadizos.
Las cifras de Mecano han hablado por si solas durante los años en los que la banda estaba en activo y también tiempo después. Su primer disco Mecano consiguió la friolera cifra de 100.000 Lp’s vendidos en un mes, cuando las plataformas digitales ni si quiera estaban en nuestra imaginación. Además de los hitos musicales y de ventas por todos conocidos, el disco Descanso Dominical logró alcanzar dos Récords Guiness, como el grupo español top en ventas y por permanecer más de 83 semanas en el ranking internacional. Hoy, estos datos son solo un recuerdo en la nueva historia de sus componentes que viven una realidad muy diferente.
Tras su despedida, sus seguidores solo pudieron disfrutar de un reencuentro. La insólita imagen de los tres miembros del grupo (Nacho, José María y Ana) se producía el 7 de abril del 2005 en la presentación del musical Hoy no me puedo levantar. La nostalgia que suscitó esta imagen provocó que muchos llegaran a hablar de un retorno de la banda. Sin embargo, se trató de un encuentro puntual que nunca más volvería a repetirse.
Ana Torroja Fungairiño fue la voz de mecano y la cara visible de un trío en el que, cada cual, aportaba parte de su personalidad. Como ella misma relata en su página web, el ímpetu musical llegó a su vida de manera muy temprana: “Recuerdo a una niña que jugaba a ser actriz delante de un espejo, que rasgaba las cuerdas de una pequeña guitarra”.
Años más tarde esa inquietud tuvo un descubridor: “Un día en una reunión de amigos José, que tocaba su guitarra, le pidió a esa tímida chica que estaba a su lado que le hiciera los coros en una canción que se llamaba A horse with no name”. Un instante que se convertiría en el comienzo de la legendaria banda.
En la actualidad, Ana Torroja es la única componente del grupo que se sigue subiendo a un escenario y continúa estando en contacto con sus fans y los que fueran de Mecano. Con una extensa carrera musical en solitario, Torroja ha recordado en numerosas ocasiones los grandes éxitos del grupo que le vio nacer como cantante. Su último trabajo Conexión está logrando una gran aceptación en México y será una de las piezas claves del World Pride Internacional 2017 que se celebra en Madrid.
Nacho Cano es uno de los hermanos Cano que se encargó de parte de la composición además de ser teclista y guitarrista de Mecano. Sus cambios de imagen y su personalidad excéntrica conseguían que todas las miradas se posaran en el durante las actuaciones de Mecano. Mechas de colores, pantalones de cuero, torso al descubierto… Nacho fue un creador de tendencia dentro y fuera del escenario.
La propia Ana recuerda el momento de su llegada al grupo: “El hermano pequeño de Jose, Nacho, tenía una banda de rock. Los dos eran apasionados de la música y, como de la nada, jugando, formaron un pequeño grupo en el que Ana, hacía los coros, José cantaba y Nacho tocaba la guitarra”. Un juego que dio lugar al gran fenómeno de Mecano.
Nacho también se dedicó al mundo de la música tras disolverse la banda y llegó a publicar cuatro discos en los que mostró un estilo muy alejado de lo que un día desarrolló para su grupo. Filántropo y solidario, creó la Fundación Sabera insipirado en la Madre Teresa de Calcuta (cuya presidencia abandonó posteriormente) y, aunque en el año 2005 estrenó el musical Hoy no me puedo levantar y años más tarde probó suerte con A, el musical, en la actualidad reside en Miami donde ha puesto en marcha un centro especializado en Bikram Yoga.
José María Cano fue el verdadero impulsor de Mecano. Con un perfil más bajo que el resto de componentes del grupo, en un comienzo como desvelaba Ana Torroja, se erigió como vocalista de la formación (algo que fue cambiando con los años). El joven, estudiante de empresariales se quedó prendado de Ana en aquella fiesta del Paseo de la Habana, como publicaba la revista Vanity Fair en un extenso perfil de la banda, y el talento de ambos hizo el resto.
Tras la separación de Mecano, José se instaló en Londres y allí compuso la ópera Luna además de grabar un disco homónimo con grandes colaboraciones artísticas como la de Plácido Domingo y Ainhoa Arteta. Antes de abandonar la música profesionalmente y dedicarse a la pintura (género en el que es un artista muy cotizado), José María fue el encargado de componer el himno del Centenario del Real Madrid.