Amelia, que ha heredado el sentido del humor de su madre y el ímpetu de su padre, compagina el cuidado de sus cuatro hijos con su trabajo en las tiendas de la joyería Tous. Y siempre que lo necesita, ahí están sus padres para cuidar de los niños, al igual que sus suegros, Raphael y Natalia Figueroa, a los que define como unas personas “maravillosas y muy normales” que “me han tratado como una hija más desde el principio”