El actor, que ya gozaba de una popularidad asentada en los años 80 y los 90, gracias a títulos como La Misión (1986) o Los Miserables (1998) vivió su gran espaldarazo en el año 2008 con una película que no pensaba fuera a ser tan bien recibida. Se trata del film Venganza (Taken), cuya recaudación (según apuntaba Vanity Fair en una retrospectiva de Liam) multiplicó por 9 la inversión del film. Este gran éxito le valió incrementar el caché de Neeson en sus siguientes secuelas de manera exponencial (15 millones de dólares por la segunda y 20 por la tercera). En la imagen, el actor firma autógrafos en la premiere de taken.