Donald Trump se convirtió hoy en el primer presidente de EEUU en activo en visitar el Santo Sepulcro y el Muro de las Lamentaciones, lugares sagrados del Cristianismo y el Judaísmo, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en lo que la comunidad internacional considera territorio palestino ocupado.
Hasta ahora, los mandatarios estadounidenses y europeos habían evitado este itinerario por el significado político que tiene, al estar en la zona oriental de Jerusalén, ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967, anexionada en 1980 con la condena de la ONU, y que los palestinos reivindican como capital de su futuro estado.
Trump ha querido cambiar esto y, horas después de llegar a la región, se dirigió a la ciudadela amurallada de Jerusalén, donde primero fue al Santo Sepulcro, en el que la tradición cristiana sitúa el lugar de la crucifixión, enterramiento y resurrección de Jesús, que visitó rodeado de representes de las iglesias ortodoxa griega, armenia y católica.