Ella es la única pareja anónima en la vida de José Coronado que hayamos conocido y, aunque lo suyo ha sido una historia de amor de altibajos, Elena González de Prado es a día de hoy, después de casi siete años (y un parón de dos), el noviazgo más estable de Coronado, desde que terminara su relación con la actriz Mónica Molina.
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