La 20 edición del Festival de Málaga se despedía anoche por todo lo alto con la presencia del actor Antonio Banderas y su pareja Nicole Kimpel. El actor, que recibió la Biznaga de Oro, avisó en su discurso de agradecimiento que: "lo mejor está por venir".
Recibir este premio honorífico del Festival de su ciudad por toda su carrera, le sirvió para recordar el camino recorrido en un momento personal muy especial. "He tirado de corazón para todo lo que he hecho en mi vida. Me fui de aquí con 19 años montado en mi corazón, trabajé apoyándome en ese corazón, me fui a EEUU tirando de ese corazón, y en enero ese corazón me dijo hasta aquí hemos llegado y me dio un infarto".
Ahora él y su corazón se están "haciendo amigos", según Banderas, que cree que "no es una bomba que echa oxígeno al cuerpo", sino "un almacén de emociones", y en su caso, "en las paredes coronarias, entre la sístole y la diástole, está Málaga", como su "Itaca particular" o su "Dulcinea".
Una Málaga, señaló, "que empieza a dejar de oler a aftersun y empieza a oler a cultura", porque está "al principio del camino para ser una ciudad muy importante en todo el mundo a nivel cultural".
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