"Cuando cierro los ojos la imagen que me viene es la de mi hijo sonriendo. También recuerdo cuando le llevaba al colegio de pequeño... Recuerdo su ternura, su amor, su delicadeza...", señala. Paco reconoce que el ser humano no está preparado "para enterrar a nuestros hijos, no tiene lógica", pero "la vida continua y yo no voy a dejar de sonreír, es el homenaje a mi hijo"