Me fui a una ciudad que es como un gigante, que me ha estado tomando el pulso. Nueva york es como que quiere acabar contigo. Vivir como turista no es lo mismo que vivir como ciudadano. Cuando estaba escribiendo los artículos me di cuenta de que había perdido mi identidad y digo, "¿Y ahora quién eres en Nueva York? Estás sola con tus perros". Caminaba todos los días desde las once de la mañana hasta el anochecer. Empecé a notar la transformación de turista a ciudadano. Tenía un visado de estudiante, tenía que ir a clases todos los días, daba clase de inglés", dijo.