FOTOGALERÍA: Las otras bodas de los Alba en el Palacio de Liria

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Son pocas las bodas que la Casa de Alba ha celebrado en el Palacio de Liria, uno de los edificios arquitectónicos más importantes de Madrid y un tesoro el siglo XVIII que a día de hoy sigue siendo la residencia habitual de los Alba, sede de la Fundación Casa de Alba y uno de los lugares que alberga una de las colecciones de arte privadas más destacadas del mundo. El sábado 1 de octubre, este lugar -conocido como el "hermano menor del Palacio Real" y con más salones que el Palacio de Buckingham- se vuelve a vestir de gala para el "sí, quiero" de Luis Martínez de Irujo, Duque de Aliaga -primogénito de Alfonso Martínez de Irujo y Fitz-James y María de Hohenlohe- con Adriana Marín. El primer enlace en la familia tras el fallecimiento de doña Cayetana el 20 de noviembre de 2014. Descubre en esta galería las otras bodas de los Alba en este majestuoso escenario cargado de historia.

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Seis años después de quedarse viuda de su primer esposo -Luis Martínez de Irujo y Artázcoz, fallecido en 1972 tras serle diagnosticada una leucemia y con el que se había casado en el altar mayor de la Catedral de Sevilla el 14 de octubre de 1947- y con su hijo mayor, Carlos Fitz-James Stuart, entonces heredero de la Casa de Alba, actuando como padrino, la Duquesa de Alba se casó el 16 de marzo de 1978 con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate, escritor, teólogo, director general de música y académico.

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Fue doña Cayetana quien primero entró en la capilla del Palacio de Liria con un vestido en georgette beige, estampado con flores rosas y hojas verde musgo, adornado con pequeños volantes. Sus complementos estaban, igual que el escenario, cargados de historia: un collar de perlas de seis vueltas que había pertenecido a su abuela, unos pendientes de perlas en forma de pera rematados con purísimos diamantes que había heredado de su madre y una pulsera que le había dejado en herencia su madrina, la Reina Victoria Eugenia. En esta imagen los novios con las manos entrelazadas durante un momento de la ceremonia que ofició el padre Martín Patino, quien también había acelerado la tramitación de la secularización del que había sido "padre" Jesús Aguirre para que pudiera casarse.

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La boda –a la que acudieron 102 invitados- no fue algo totalmente privado ni únicamente familiar, ya que la Duquesa quiso compartir su alegría con los amigos más cercanos. Doña Cayetana entró en la capilla del palacio de Liria del brazo de su hijo mayor, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, entonces Duque de Huéscar y Heredero al Ducado de Alba.

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Una vez finalizada la ceremonia, la Duquesa y Jesús Aguirre abandonaban la capilla para celebrar en el gran comedor del Palacio de Liria la boda con una comida tipo buffet. En el año 2000, a Jesús Aguirre se le diagnostica carcinoma de garganta. Por segunda vez, la terrible enfermedad aparece en la vida de la duquesa y el 11 de mayo de 2001, a los sesenta y seis años de edad, fallece por una embolia pulmonar. En los últimos meses de vida, su marido le había enviado notas de amor de un lado a otro del palacio.

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Solo dos años -tras la boda de doña Cayetana con Jésus Aguirre- tuvo que esperar la capilla del Palacio de Liria para ver como otro miembro de la Casa de Alba se daba el “sí, quiero” allí, más dados normalmente a celebrar sus bodas en tierras sevillanas. Los protagonistas fueron Jacobo Martínez de Irujo, tercer hijo de la Duquesa de Alba y Conde de Siruela, y María Eugenia Fernández de Castro y Fernández Shaw que se casaron el 1 de noviembre de 1980. FOTO: Jesús Carrero

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La boda fue sencilla e íntima por expreso deseo de los novios, doña Cayetana ejerció de madrina y Eugenia Martínez de Irujo, que entonces tenía doce años, se encargó de llevar las arras. Tras la ceremonia, los novios y sus cien invitados los celebraron con un buffet que se sirvió en la primera planta del Palacio de Liria. FOTO: Jesús Carrero

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La pareja, que tuvo dos hijos, Jacobo y Brianda, se separó a principios de los noventa para presentar la demanda de divorcio en 1998. El marzo de 2004, el Conde de Siruela contraía matrimonio con la periodista Inka Martí en Italia y en la estricta intimidad. FOTO: Jesús Carrero

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Treinta y tres años después, el 14 de mayo de 2011 tuvo lugar uno de los acontecimientos sociales más esperados en la Casa de Alba, la boda del nieto de doña Cayetana, Jacobo Fitz-James Fernández de Castro -hijo de Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, conde de Siruela, y María Eugenia Fernández de Castro- y de Asela Pérez Becerril, sobrina de la que fuera alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril. FOTO: J.I. Viseras / Fernando Junco

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La ceremonia religiosa fue oficiada por un misionero, con quien los novios entablaron amistad hace años en un viaje a África, en el conocido como paseo de las Virginias en los impresionantes jardines del Palacio de Liria. La madrina fue la madre del novio, María Eugenia Fernández de Castro, que veía a su hijo abandonar la soltería en el mismo lugar en el que ella se había casado en 1980 con Jacobo Martínez de Irujo. Si entonces fue Eugenia Martínez de Irujo, Duquesa de Montoro, la que llevó las arras, en esta ocasión sería su hija Cayetana la que ejerció de dama de honor. FOTO: J.I. Viseras / Fernando Junco

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Aunque Jacobo y Asela -que llevó un velo de su familia y un traje de Caprile inspirado en las obras del pintor Zurbarán realizado en seda natural con bordados en oro viejo- tenían previsto celebrar su boda en Pedraza (Segovia), ya que es allí en donde tiene casa la familia de la novia, sin embargo, la boda tuvo lugar finalmente en el Palacio de Liria por expreso deseo de la Duquesa de Alba, madrina de bautizo del novio. Esta boda fue para Alfonso Díez, con el que doña Cayetana se casaría cinco meses depués en el Palacio de Dueñas, Sevilla, su debut en una celebración familiar de los Alba. FOTO: J.I. Viseras / Fernando Junco

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Finalizada la ceremonia, todos los invitados degustaron un cóctel típicamente español servido por Samantha Vallejo-Nágera y la celebración, que se prolongó hasta las ocho de la tarde, estuvo amenizada entre otros por la hermana del novio, Brianda, que es DJ. En esta imagen, Jacobo y Asela posan con su padre, Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, y su mujer, la periodista Inka Martí. FOTO: J.I. Viseras / Fernando Junco