Uno de los luminosos salones de esta residencia, presidido por una chimenea. De la decoración de la casa se encargó Jaime Fierro, buen amigo de María Teresa. ‘Era un número uno y casi un hermano para mí y, desgraciadamente, poco tiempo después nos dejó. Muchos de los muebles antiguos los tenía en mi casa anterior’ declaró a ¡HOLA! a principios de este año María Teresa