La ceremonia apeló a la pasión del brasileño por la música y a dos de los tópicos de Río: el Carnaval y la samba, una combinación de éxito garantizado y que, no por conocida de sobra en todo el mundo, deja de provocar admiración. El desfile de la comparsa Cordao da Bola Preta, la más popular del carnaval de Río, levantó al Maracaná, con capacidad para 70.000 personas, y lo puso a bailar en un fiesta impresionante. En el espectáculo tampoco faltaron evocaciones al aviador Santos Dumont, a algunas de las grandes figuras de la música brasileña, como Carmen Miranda, Martinho da Vila o Roberta Sá, y a la pintora modernista Tarsila do Amaral, entre otros. También hubo alusiones a la historia del país y a la belleza de los paisajes icónicos de Río, como el mar, el Pao de Azucar o el Corcovado.