El Papa utilizó el medio de transporte público más característico de Cracovia y el más ecológico: el tranvía, para llegar a la gran explanada de Blonia, donde se encontró con los jóvenes que participan en la Jornada Mundial de la Juventud. Fueron tan sólo unos cuantos kilómetros, los que separan el arzobispado, donde el pontífice se aloja, y el parque Jordán, en Blonia, pero Francisco se convirtió así en el primer pontífice que sube a un tranvía