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Quizá no fuera hasta el año 2004 cuando el apellido Santo Domingo comenzó a llegar a nuestros oídos, cuando una discreta, bohemia y cosmopolita Tatiana Santo Domingo se perfilaba como la novia perfecta para Andrea Casiraghi. Pronto se dio a conocer que la futura nuera de Carolina de Mónaco pertenecía a una de las estirpes más ricas del mundo, la que su abuelo, Julio Mario Santo Domingo, comenzó a crear en Colombia en torno a la industria cervecera.
Con sus miembros engrosando la lista Forbes de las mayores fortunas, de ellos se dice en Colombia que es imposible vivir en el país sin consumir alguno de los productos relacionados con su imperio. Sin embargo, ¿quién es quién en la poderosa y discreta familia Santo Domingo? Descúbrelo cuando se cuentan los días para que Alejandro Santo Domingo se quite el título de “soltero de oro” al casarse con Lady Charlotte Wellesley, hija de los Duques de Wellington, en una ceremonia que se espera tenga lugar el próximo 28 de mayo en Íllora, Granada.
Julio Mario Santo Domingo, el fundador del imperio
Abuelo de Tatiana y padre de Alejandro, Julio Mario Santo Domingo Pumarejo levantó un imperio gracias a un olfato inigualable para los negocios. Nació en Panamá en 1923, comenzó su fortuna con el negocio de la cerveza en Colombia y murió en Nueva York en 2011, ocupando el puesto 108 en la lista Forbes de los más ricos del mundo. El principal accionista del Grupo Santo Domingo -conglomerado que tenía inversiones en transporte, industria, turismo, medios de comunicación, además del imperio cervecero Bavaria-, vivió entre la idílica Cartagena de indias y el 740 de Park Avenue, con vecinos apellidados Rockefeller o Vanderbilt.
Julio Mario I se casó dos veces, la primera ocasión con Edyala Braga –de ese matrimonio de diez años nació Julio Mario II, padre de Tatiana y de Julio Mario III- y la segunda con Beatrice Dávila, madre de Andrés y Alejandro Santo Domingo, este último encargado de llevar las riendas del imperio tras su muerte. Un fallecimiento que provocó que Tatiana ingresara en la lista Forbes, al recibir, igual que su hermano, Julio Mario III, un sexto de la fortuna de su abuelo.
Julio Mario Santo Domingo II, padre de Tatiana y enamorado de la literatura
El único hijo del primer matrimonio del fundador del imperio, Julio Mario Santo Domingo Braga, combinó durante su vida las habilidades empresariales heredadas con una intensa inquietud por la cultura. Esto le llevó a estudiar Literatura en la Universidad de Columbia y a atesorar una gran colección de ejemplares únicos de Baudelaire, Rimbaud o Proust, entre otros.
© Getty ImagesDe su matrimonio con la brasileña Vera Rechulski –que actualmente se dedica a las antigüedades y vive discretamente entre París, Nueva York y Río de Janeiro- nacieron sus dos hijos, Tatiana y Julio Mario III. Aunque no llegó a ver a su hija en el altar de Mónaco, ni a conocer a sus nietos, Sasha e India Casiraghi, ya que falleció en marzo de 2009 a causa de una fulminante enfermedad que le habían detectado solo cinco meses antes, Julio Mario II sí que pudo imaginarse el futuro de Tatiana, ya que había sido participe de su sólida relación con Andrea Casiraghi y había conocido a Carolina de Mónaco.
Julio Mario III, un DJ en la familia
Tiene 30 años, su nombre figura en la lista Forbes –en el puesto 722 a nivel mundial-, trabaja de DJ y organiza fiestas de música electrónica en la Gran Manazana. Así es Julio Mario III, el más ecléctico del clan Santo Domingo. Siempre apostando por la discreción en lo que a su vida privada se refiere, el pasado abril del 2015 el único hermano de Tatiana se convirtió en noticia al casarse en secreto con la periodista argentina Nieves Zuberbühler. Un enlace que según contó ¡HOLA! Argentina, ni siquiera conocía la familia de la novia.
La boda secreta de Julio Mario, el hermano DJ de Tatiana Santo Domingo, en Nueva York
© Getty ImagesAlejandro Santo Domingo, hasta ahora el eterno “premio” de Manhattan
“El premio de Manhattan”. Así es cómo la prensa colombiana y neoyorquina se ha referido en infinidad de ocasiones a Alejandro Santo Domingo y es que hasta ahora –cuando a sus 39 años se dispone a dar el “sí, quiero” a la aristócrata británica Lady Charlotte Wellesley- el segundo hijo del fundador del imperio colombiano ha sido uno de los solteros de oro por excelencia de la "aristocracia" de los negocios.
Ocupando –igual que su hermano Andrés- el puesto 286 entre los más ricos del mundo, él es la cara pública de los negocios de la familia Santo Domingo. Antes de comprometerse con la hija de los Duques de Wellington, Alejandro ha tenido varias relaciones, entre ellas la modelo española Eugenia Silva, la heredera neoyorquina Amanda Hearst, la modelo y heredera estadounidense Julie Henderson o la socialité Karen Lorrain.
© Cordon PressAndrés y Lauren Santo Domingo, un matrimonio de Alta Costura
Dos años menor que su hermano Alejandro, el segundo hijo de Julio Mario I y Beatrice Dávila de Santo Domingo se casó en el año 2008 con Lauren Davis, una conocida periodista de moda, en un enlace que también se tildó como "la boda del año" y que sirve para hacerse una idea de lo que se podría vivir pronto en Granada. Más de 400 invitados –entre los que estaban Ivanka Trump, Bárbara Bush o la princesa Frydal de Jordania-, tres días de fiesta con un presupuesto ilimitado y un gran dispositivo de seguridad -de hecho el novio llegó a la iglesia en una furgoneta blindada-, es lo que se vivió en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias con motivo del enlace del hijo del que fuera durante décadas el hombre más rico de Colombia.
© Getty ImagesCon un patrimonio en torno a los 5.000 millones de dólares, Andrés y Lauren –una más en la pandilla de Tatiana, su sobrina política- son uno de los matrimonios más "in" de la “aristocracia” de la Gran Manzana. Mientras se dice que él ha extendido sus negocios a la producción discográfica, ella –una it-girl por excelencia- ha montado su propia empresa de moda, una exclusiva tienda online que permite hacerse con la ropa de pasarela antes de que llegue a las tiendas. Poppy Delevingne, Alexa Chung, Karlie Kloss o Derek Blasberg se encuentran en su selecto círculo.
