A Sergio Blanco también se le recordará por su faceta de escultor, en la que, tras más de 25 años trabajando en bronce se consolidó como uno de los mejores escultores figurativos, principalmente de temática histórica. Algunas de las piezas de esa faceta artística se pueden ver en espacios públicos, como la gran escultura sedente del "Papa Luna" en Peñíscola (Castellón), "Juan II de Castilla", en Ciudad Real, o el "Duque de Ahumada" en Madrid