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"¡Soy actriz!. Para mí es un verdadero lujo poder dedicarme a un oficio con el que he soñado durante mucho tiempo"
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Una imagen familiar de los tiempos felices en la que Romy Schneider y su hija, Sarah, que por entonces tenía dos años, disfrutan de un divertido baño en la piscina. Apenas tres años después, Romy se iba para siempre
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Sarah, igual de seductora y resplandeciente que su madre
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La joven durante los ensayos de "Descalzos en el parque"
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Sarah nos habla de su madre: "Su ejemplo es un estímulo para mí, me motiva a superarme y me inspira una gran admiración y respeto"
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"Me encanta actuar. Quiero recuperar el tiempo y no ahorrar fuerzas. Deseo vivir varias vidas en una sola"
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"Cuando era adolescente, todo el mundo tenía tantas esperanzas de que eligiese este oficio, que me negaba a hacerlo"
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