Si Guillermo Bárcenas pudiera retroceder su vida diez años como si de una cinta de vídeo se tratase, podría observar lo mejor y lo peor concentrados en esa década. El éxito, el amor, el dolor y la soledad en los dos lustros más transformadores de su existencia: su primer disco, la condena de sus padres -Luis Bárcenas, extesorero del PP, y Rosalía Iglesias- por la trama Gürtel y su boda con Loreto Sesma.
Tenía veintitantos años cuando el cantante de Taburete, hoy con 35, se enfrentó a la soledad más absoluta, con su padre en la cárcel de Soto del Real en Madrid debido al riesgo de fuga detectado durante la instrucción del caso Gürtel y su madre condenada a 15 años y 1 mes de prisión por varios delitos, incluyendo fraude fiscal, blanqueo de capitales, apropiación indebida y falsedad documental. Una situación familiar caóticaque tenía que compatibilizar con su fama y su vida sobre los escenarios, mostrando siempre el apoyo público a sus progenitores. “Los viernes por la mañana iba a Soto del Real; a mediodía, a Alcalá Meco, y por la tarde me subía a la furgoneta para irme de gira, pero nunca me ha gustado ser un penas. Cuando lloraba, lloraba solo”, cuenta el cantante a El País.
Sus padres, la base de todo
Habla de sus padres ya sin el dolor encarnado, aunque las cicatrices están ahí, recordándole un pasado que arrasó con su estabilidad familiar. "Lo he pasado muy mal, pero intentaba que no me viesen triste, sacar fuerza y pensar: “Están sanos, cuando esto pase, estaremos juntos otra vez”. La unión familiar no se ha roto, no ha habido reproches. Sentí que como hijo me tocaba echarle huevos y devolverles el amor que me habían dado". "Mi padre pagó con siete años de cárcel, otros ni han entrado. Si han sido unos buenos padres, ¿les vas a dejar tirados porque todo el mundo les da de lado? ¿Tú lo harías? Un hijo no puede hacer eso".
No fueron años fáciles para el cantante de Taburete, que se vio obligado a tomar las riendas de su casa cuando aún no había cumplido los treinta años, con sus dos referentes entre rejas. "Mi madre me llamaba al móvil a la misma hora que mi padre al fijo de casa para que juntase los teléfonos y que pudiesen hablar entre ellos dos minutos. Ella entró durante la pandemia y no hubo visitas durante nueve meses. Fue una locura. Nunca esperé verla en la cárcel. Era inocente. Jamás supo nada".
El grupo que fue su salvavidas
En 2014, Willy Bárcenas fundó Taburete junto a Antón Carreño y hoy es una banda consolidada en el pop-rock en español, que le dio a Willy la vía de escape que necesitaba en esa época oscura, por un lado, y, por otro, la capacidad de reconstruir la vida de sus padres. "Gracias a la música he conseguido ganar dinero y arreglarles la vida a mis padres, y eso para mí tiene un valor increíble. Si alguien no quiere venir a mis conciertos por eso, que no venga. Otra cosa sería si hubiese estado jodido de pasta cuando a mis padres les quitaron todo".
Ha tenido que esforzarse de más para no heredar de algunos seguidores el rechazo por sus vínculos familiares: "Con mi apellido, doy un plus de simpatía para remarcar que no soy el gilipollas que algunos piensan. La gente tiene unas ideas sobre mí que no se corresponden con la realidad. Soy abierto, nada radical, me entiendo con todo el mundo".
El caso Kitchen
Por si fuera poco, Willy Bárcenas fue objeto de vigilancia mediante la infiltración de un confidente policial, Sergio Ríos, quien actuaba como chófer de la familia. Además, en octubre de 2013, un individuo disfrazado de sacerdote, Enrique Olivares, irrumpió en el domicilio familiar, reteniendo a Willy, a su madre y una empleada doméstica, exigiendo documentos relacionados con la contabilidad B del PP. En respuesta a este desagradable episodio, Willy Bárcenas se personó como acusación particular en el caso Kitchen, buscando esclarecer quién ordenó el espionaje y el asalto a su familia, aunque en declaraciones judiciales, expresó su escepticismo sobre la posibilidad de obtener justicia plena. "Quiero saber quién me estuvo vigilando durante meses, quién mandó a un tío a secuestrarme a mi casa, quién puso a un chófer que era un espía para controlar mis pasos y los de mi familia. ¿Sabré la verdad? Probablemente no, pero, bueno, ahí estoy".
Apartado de la política
A pesar de todo lo vivido, no le guarda rencor a la política, solo le ha dado la espalda. "Mi familia está ya fuera de todo... En las últimas elecciones ni he votado. No veo nada que me represente (...) Cuando ves que el nivel es tan malo... No vivimos en una democracia real, en la que si no cumples el programa electoral, tengas que irte. No sabemos lo que estamos votando (...) Parece que pensar diferente desacredita tu música. ¿De verdad nos vamos a poner a analizar el árbol genealógico o la ideología de todos los artistas? Tengo el mismo derecho a dar mi opinión que una persona de izquierdas”.
Reconoce que no lo tiene igual de fácil alguien que venga de un barrio humilde que uno que nazca en una familia con contactos. Y que su vida ha estado profundamente marcada por los problemas legales de su familia. Cuenta que fundó su sello, Voltereta, para tener más libertad y después emplear a sus padres, ya fuera de la cárcel, para facilitar su reinserción. Con una vida de película que en un giro de guion ha conseguido desviar el foco de la historia para que Luis Bárcenas sea ahora el padre de Willy Bárcenas y no al revés.