Amanece despejado en el Vaticano para despedir al Papa Francisco. Aunque ayer por la tarde las lluvias acompañaron las últimas horas del Santo Padre en la capilla ardiente, hoy en Roma el sol asoma tímidamente y la temperatura rondará los 15°C. Un clima suave para dar el último adiós al máximo exponente de la iglesia católica y al hombre de Dios que vivió en eterna búsqueda de la paz.
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La Basílica de San Pedro se quedaba en la intimidad ayer en torno a las 19.00 horas para proceder al cierre del féretro, en una ceremonia donde se extendió un velo de seda blanca sobre el rostro de Francisco, se roció agua bendita sobre el cuerpo y se depositó la bolsa con las monedas acuñadas durante el pontificado. El cardenal camarlengo Kevin Farrell , encargado temporal de asumir las riendas del Vaticano, presidió la clausura del ataúd del Papa, cuando dejaron de recibir a los fieles que han pasado por allí en los tres días que la capilla ardiente ha estado abierta al público.
Hoy a las 10:00 empezará el cortejo fúnebre por las calles de Roma, que recorrerá 6 kilómetros hasta su entierro en vehículo, pero a paso solemne para que los fieles puedan darle un último adiós a Su Santidad. Después, su destino final será la basílica de Santa María la Mayor, donde será enterrado en la capilla, atendiendo los últimos deseos del Papa Francisco.
Un gran despliegue de seguridad
Roma se ha preparado en los últimos días para un gran despliegue de seguridad que acoge hoy a 170 delegaciones internacionales, incluyendo 50 jefes de Estado y 10 monarcas en ejercicio que fueron llegando hasta última hora de ayer, según ha contado el portavoz del vaticano, Matteo Bruni. Las primeras filas están reservadas a los jefes de Estado, pero con prioridad para las delegaciones italiana y la argentina. Esas primeras filas también están dedicadas a las casas reales, por lo que los reyes de España serán colocados en esas posiciones. Atendiendo a estas normas, los Reyes de España estarán cerca de Felipe y Matilde de Bélgica, del Gran Duque Enrique y la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo, de los Príncipes Alberto y Charlène de Mónaco, y del copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives. Junto a ellos, se sentará el Gran Maestre de la Orden de Malta, John T. Dunlap. Faltarán los monarcas Guillermo y Máxima, a pesar de que la reina es argentina, ya que el país celebra el "Día del Rey". A continuación tomarán asiento los Reyes no católicos.
Trabajo diplomático exigente
Detrás de toda está logística está el delicado trabajo diplomático que se ha hecho para evitar situaciones conflictivas y que seguirá el orden alfabético en francés a la hora de asignar los puestos, respetando el rango. El plan es similar al que se diseñó para el funeral de Juan Pablo II, y las delegaciones internacionales se colocarán al lado derecho de la plaza mientras que en lado izquierdo estarán los cardenales.
Para la visita de Donald Trump se ha delimitado una "zona verde" en el barrio de Villa Borghese, donde estará restringido el tráfico y se prohibirán las manifestaciones públicas y el transporte de mercancías clasificadas como peligrosas, y el Vaticano ha confirmado que el presidente de Estados Unidos se sentará junto a las delegaciones de los Emiratos Árabes Unidos y de Jordania.
Después de la controvertida ausencia de Pedro Sánchez, se ha confirmado que la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, así como el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, representarán al Gobierno. Alberto Núñez Feijóo, líder de la oposición, también les acompañará.
Una despedida multitudinaria
Miles de fieles han desfilado durante los últimos tres días por la capilla ardiente para presentar sus respetos al Papa Francisco. El Vaticano informaba a última hora de ayer que ya eran más de 180.000 las personas que se habían acercado a despedir al Pontífice hasta las 18.00 horas, momento en el que se cerraba la fila, según marcó Protección Civil. Las autoridades italianas calculan que en torno a 200.000 personas acudirán esta mañana de sábado al funeral por el pontífice, antes de que el féretro sea trasladado en un cortejo fúnebre hasta la basílica de Santa María la Mayor, donde Francisco recibirá sepultura.
IT-alert, el Sistema Nacional de Alerta Pública, enviaba ayer una notificación a los teléfonos móviles de quienes se encontraban en Roma alertando de los cortes previstos con motivo de los actos por la muerte del Papa Francisco, con un enlace con el recorrido y los horarios del funeral. El mensaje estaba escrito en cuatro idiomas: italiano, inglés, francés y castellano.
El Papa Francisco fallecía el pasado lunes de Pascua, 21 de abril, a los 88 años, y el Vaticano confirmaba la noticia a través de las redes sociales de la Santa Sede. Días antes, el Sumo Pontífice se recuperaba después de hallarse entre la vida y la muerte durante 38 días hospitalizado a causa de una bronquitis que se complicó, derivando en una neumonía bilateral, de la cual fue dado de alta el 23 de marzo. Después, Su Santidad asistió al Domingo de Ramos, el pasado 13 de abril, aunque la última vez que le vimos fue el Domingo de Pascua en el Vaticano, en la que sería su última aparición pública. Francisco, de 88 años, impartió una bendición especial y deseó felices Pascuas a los asistentes.
Hoy, más de mil millones de católicos alrededor del mundo lloran su muerte y despiden al Papa del pueblo, al de los pobres, que se colocó al lado de los marginados. El que reivindicó la presencia de la mujer en la Iglesia, condenó los abusos e impulsó reformas claves que nos deja en herencia a la humanidad. Hoy despedimos a Jorge Mario Bergoglio tras 12 años de un pontificado que modernizó las bases de la Iglesia Católica en la búsqueda de la verdad, la paz y un futuro adaptado a los tiempos.