Desde que El Vaticano anunció el 21 de abril la repentina muerte del Papa Francisco, toda su historia está siendo analizada al detalle: desde su infancia en Argentina a su llegada a la Santa Sede, donde ha marcado una nueva era gracias a su carácter reformista y a su apuesta por una globalización de la iglesia católica. Son muchas las historias y anécdotas que están surgiendo en torno a su figura, pero lo que más expectación está despertando es saber qué pasó desde que el domingo dio la bendición Urbi et orbi desde la plaza de San Pedro hasta que murió escasas horas después, la mañana del lunes. Ha sido su médico personal quien ha compartido estos detalles.
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Sergio Alfieri extirpó a Francisco parte del colon en 2021 y desde entonces formó parte del equipo que ha velado por su salud. Durante su último ingreso en el hospital Gemelli, que duró 37 días, coordinó a los médicos que le trataron y también fue una de las personas que estuvo a su lado durante sus últimos minutos de vida. En una entrevista con Corriere della Sera ha explicado que Massimiliano Strappetti, enfermero y asistente personal del Sumo Pontífice, le llamó por teléfono de madrugada, sobre las 5.30 horas, para que fuese de urgencia a la Casa Santa Marta ante un repentino empeoramiento de Su Santidad.
El doctor ha explicado que tardó 20 minutos en trasladarse a la residencia del Papa, edificio adyacente a la basílica de San Pedro, y lo primero que hizo fue entrar en el dormitorio de Francisco: "Tenía los ojos abiertos. Me di cuenta de que no tenía problemas respiratorios y luego intenté llamarlo pero no respondió. No respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta de que no había nada más que hacer. Estaba en coma".
Alfieri descartó enseguida la idea de trasladarlo al Gemelli por dos motivos: no se podía hacer ya nada por él y existía el riesgo de que muriera durante ese trayecto de aproximadamente 7 kilómetros. Además, tenía muy presente la petición que Francisco le hizo durante su ingreso: quería morir en casa. Una voluntad que se cumplió. Y es que poco después de la llegada del doctor, el Pontífice falleció y los allí presentes rezaron el rosario guiados por el cardenal Parolin, que es uno de los favoritos para ser elegido nuevo Papa. "Le di una caricia como última despedida", ha indicado.
Su última conversación y dos citas pendientes
De estos años que han sido cercanos, el doctor, uno de los mayores especialistas en cirugía colorrectal, guarda para siempre anécdotas y momentos inolvidables. Por ejemplo, recuerda que estuvieron comiendo pizza tres días después de operarle. Su última conversación fue dos días antes de morir, cuando se vieron tras el almuerzo y tomaron tarta de chocolate, como le gustaba al Santo Padre. "Estoy muy bien, he vuelto a trabajar y me va bien”, le dijo, ilusionado por ir retomando la rutina y el contacto con los fieles. Quedaron para verse en dos ocasiones esta semana, el lunes y el miércoles, cuando Francisco iba a reunirse con las 70 personas que le habían tratado en el hospital para agradecerles su dedicación.