Hollywood está de luto. La actriz Sophie Nyweide, conocida por sus papeles en Una señal invisible, donde compartió pantalla con Jessica Alba, o Mamut, donde la vimos con Michelle Williams, ha fallecido a sus 24 años. Su madre, la también intérprete Shelly Gibson, ha compartido con sus seguidores el profundo dolor ante la muerte de su hija una semana después de la tragedia.
"Descansa en paz, mi Sophie. Ella nos honró por un tiempo demasiado corto", comenzaba. "Mi hija fue una luz para todos los que la conocieron. Para aquellos que estuvimos realmente cerca de Sophie, estamos destrozados", lamentaba. Acompañando a la emotiva despedida, Shelly ha compartido una tierna instantánea de Shophie, siendo esta la imagen más reciente de la joven artista, quien desapareció del ojo público a muy temprana edad.
En esta misma carta, Shelly aseguraba que los seres queridos de la joven actriz "necesitaremos mucho tiempo para superar su muerte. Sé que nunca lo haré". Finalizaba el comunicado expresando que amaba a su hija y "la necesito de vuelta". "Vuela alto, cariño, siempre pudiste".
No han revelado la causa de su muerte
Sophie Nyweide falleció el pasado 14 de abril, tal y como informan sus seres queridos en el obituario publicado. A pesar de que en él no confirman la causa de su muerte, explican que la joven actriz era muy confiada y que esto, en numerosas ocasiones, "la dejaba vulnerable a que otros se aprovecharan de ella".
La familia de la intérprete continuaba relatando que esta amaba el arte, y que sus obras "son mapas de sus luchas y traumas". Subrayaban que, a pesar de tener "esas hojas de ruta, diagnósticos y sus propias revelaciones", ni sus allegados ni los respectivos profesionales "pudieron salvarla de su destino".
"Se automedicó para lidiar con todo el trauma y la vergüenza que albergaba, lo que posiblemente la llevó a la muerte", afirmaban sin entrar en muchos detalles. Además, lamentaban que la artista "repitió una y otra vez que lo 'manejaría' sola" pero que, tristemente, "se vio obligada a rechazar el tratamiento que podría haberle salvado la vida".
Era muy "amable y confiada"
A pesar de que se desconocen muchos detalles de su vida personal, ya que llevaba una década alejada de los focos, la familia de Sophie ha expresado que se trataba de una joven "creativa, atlética y sabia para su edad". Debido a la admiración que sentía por su hermano mayor, comenzó a practicar snowboard a la temprana edad de cinco años.
Su entorno cercano la ha descrito como "una niña amable y confiada". Además, han relatado que su sueño era ser actriz, sin saber que su madre estaba en la industria del cine. "Parecía más feliz en un set de rodaje, transformándose en otra persona. Era un lugar seguro para ella y disfrutaba de la atención del elenco y el equipo que alimentaban su talento y su bienestar", recordaban.
Una exitosa pero corta carrera
La primera vez que la vimos en la gran pantalla fue en 2007, en la comedia romántica An Then Came Love junto a Vanessa Williams.
Sin embargo, sus papeles más reconocidos fueron en Mamut, un par de años después, donde compartió pantalla con Gael García Bernal y Michelle Williams; y en Una señal invisible, donde actuó junto a Jessica Alba.