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Digital Cover actualidad© Cortesía de Mustang

Hablamos con Marta Lozano sobre su depresión postparto: 'No podía decir que estaba bien'

La empresaria e 'influencer' dio la bienvenida a su pequeño hace un año y ahora se ha embarcado en un importante reto profesional


23 de abril de 2025 - 22:15 CEST

Marta Lozano nos atiende al otro lado del teléfono mientras disfruta de uno de sus planes favoritos desde que se convirtió en mamá: pasear con su pequeño Lorenzo por las calles de Valencia, su ciudad natal. Lo hace con calma, bajo el sol, saludando con cariño a los vecinos que se cruza por el camino. La influencer y empresaria vive un momento especialmente dulce. En abril de 2024 dio la bienvenida a su primer hijo, y desde entonces, ha sabido encontrar —y compartir con su comunidad— ese bonito equilibrio entre su nueva vida familiar y sus numerosos proyectos profesionales.

Además, esta última primavera ha vivido unas Fallas especialmente emocionantes. Por primera vez cumplía el sueño de vestirse de fallera para participar en la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados, un momento muy simbólico para cualquier valenciana, pero que en su caso se volvió aún más especial al poder vivirlo junto a su hijo y su marido, Lorenzo Remohi. "Ahora me quiero vestir todos los años", bromea entre risas. Con los pies en la tierra, muy vinculada a sus raíces y con la mirada puesta en nuevos retos creativos, Marta sigue construyendo un camino propio en el mundo de la moda y la comunicación.

—¿Cómo logras equilibrar tu vida entre las redes sociales, la maternidad y tu faceta como empresaria?

Yo creo que al final es importante estar rodeada de un buen equipo, y la familia juega aquí un papel superimportante. Y yo tengo mucha suerte en ese sentido, porque creo que cualquier trabajo es difícil de conciliar, pero este, que implica viajar mucho, es más complicado... Menos mal que tengo toda esa base, porque si no sería imposible.

—Dicen que ser madre cambia las prioridades. ¿Qué cosas han pasado en tu vida que pasaron de ser de primer plano a segundo plano?

—Buf, muchísimas. He cambiado muchísimo. Al final, con el niño, el crío también me ha hecho ver lo que es realmente importante en la vida. Entonces, cualquier proyecto, si antes no lo miraba con lupa, ahora lo miro mucho más. Y yo creo que en ese sentido me ha cambiado mucho.

Media Image© martalozanop
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—¿Y durante estos últimos meses ha habido algo que hayas dicho: 'Esto, antes de ser madre, lo hacía con más frecuencia o me apetecía mucho más'?

—A nivel de trabajo no ha cambiado tanto, pero sí que he notado un cambio importante en mi estilo de vida en general. He tenido un gran cambio personal desde que soy madre. Muchas cosas han cambiado. También tuve una depresión postparto bastante fuerte, lo conté en Instagram y todo eso. Y eso me ha llevado, ahora que estoy en un momento muy bueno y estoy bien, a priorizar otras cosas. Intento no juzgar como lo hacía antes o prejuzgar a la gente para no sentirme yo juzgada. Intento disfrutar del momento, algo que antes siento que no disfrutaba del todo. Y ahora estoy aquí también porque creo que he cambiado todo eso, ¿sabes? Y de alguna manera creo que eso me lo ha hecho ser madre.

Es interesante lo que mencionas sobre la depresión postparto. En las redes sociales, a veces se idealiza demasiado la vida, mostrando solo lo positivo. ¿Has sentido presión, especialmente durante esa etapa de depresión, por tener que seguir cumpliendo con tus compromisos profesionales o por la constante interacción con tu audiencia?

—Cuando tú estás mal o cuando tienes un postparto complicado, afrontar tu día a día en general es difícil. Si a eso le sumas la opinión pública, que es parte de nuestro trabajo —yo lo entiendo y respeto, llevo muchos años dedicándome a esto—, a veces parece que se hace un poco más cuesta arriba. Es como el que va a trabajar y no le apetece decirle a su paciente que tiene depresión postparto. Pues le cuenta otras cosas, ¿no? Pero yo creo que el hecho de haberlo contado y haberme liberado en ese sentido me ha hecho mucho bien, y también ha ayudado a muchas personas que me siguen y que han pasado por lo mismo. Además, negarlo era un poco imposible por mi parte. Estaba tan mal que no podía decirte que estaba bien, ¿sabes? No iba a esconderlo.

Media Image© martalozanop
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Fue en noviembre de 2024 cuando Marta Lozano decidió hablar abiertamente sobre su experiencia con la depresión postparto, un tema que había guardado en silencio hasta ese momento. La influencer y empresaria compartió en un vídeo en sus redes sociales, que aunque la llegada de su hijo Lorenzo en abril de ese año la llenó de felicidad, no estuvo exenta de dificultades emocionales. A pesar de la satisfacción de la recuperación física, relató cómo vivió un complejo proceso psicológico, con sentimientos de ansiedad, pérdida de identidad y una sensación de desconexión de su vida anterior.

—¿Te costó dar el paso de compartir esa experiencia?

—Sí, me costó dar ese paso. Porque quien me conoce a mí o me ha seguido durante tiempo sabe que yo no suelo meterme en ciertos temas. Mis redes sociales son para lo que me gusta, que es la moda. De vez en cuando publico algo de mi familia, de mi niño, que es lo que más me hace feliz, pero intento llevar esos temas un poco más al margen. Y en este caso, abrirme y hacerlo de una manera tan profunda, porque nunca había tenido depresión, fue complicado.

"El balance que saco de esta experiencia, o de haberlo contado, es positivo, porque me he sentido comprendida por muchas madres"

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—¿Crees que este tipo de sinceridad también ayuda a que la gente se identifique más contigo?

—Independientemente de que ahora se ve más gente abriéndose al público de una manera que antes no era tan común... Me daba mucho palo decir que era difícil, porque yo pensaba: 'Si digo esto, van a pensar que no quiero a mi bebé'. No sabes lo que pasa en la cabeza de una madre primeriza... Además, lo que estamos acostumbrados a escuchar es: 'Me ha cambiado la vida, es lo mejor que me ha pasado'. Así que imagínate cómo me sentía yo cuando, recién parida, pensaba: '¡Dios mío! Estoy fatal, no quiero ni salir a la calle, soy una mala madre que no está superfeliz de la vida'. No sabía cómo me iban a juzgar.

"El peque me ha enseñado a valorar lo simple, lo cotidiano y a disfrutar del momento sin tanta prisa"

—¿Y cómo manejas la exposición mediática que conlleva tu trabajo?

—A veces, por ejemplo, digo que no me gusta la pasta boloñesa y la gente quiere matarme. O si digo que quiero que mi hijo hable siete idiomas y luego lo apunto a un colegio que solo habla español, la gente me pregunta: '¿Y tu hijo no iba a hablar siete idiomas?'. Es curioso cómo las opiniones cambian. A veces pienso que no es necesario tomarse todo tan a pecho. Si hoy me gusta una cosa y mañana otra, está bien. Si cambio de opinión, no pasa nada. Además, ahora tengo una filosofía de no juzgar a los demás, porque no quiero ser juzgada yo.

—En cuanto a tu vida personal, ¿te ha pasado que subas una foto en bañador y la gente te critique?

—Bueno, sí. A mí misma me han llamado gorda y anoréxica en la misma foto. Es una locura. Pero bueno, cada quien tiene su opinión. Ya en esta etapa de mi vida intento no darle importancia a esos comentarios porque no me aportan nada.

Media Image© martalozanop
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La historia de amor entre Marta Lozano y su marido, Lorenzo Remohi, ha sido una de las más seguidas por sus seguidores en redes sociales. La pareja comenzó su relación hace varios años y rápidamente se convirtió en un pilar fundamental en la vida de ella. A lo largo de su tiempo juntos, Lorenzo ha sido un gran apoyo tanto en lo personal como en lo profesional, motivando a la empresaria a seguir adelante y a creer en sus capacidades. Además, comparten una pasión por la gastronomía, y uno de sus planes favoritos es ir a cenar a nuevos restaurantes, disfrutando de esos momentos juntos lejos de las cámaras. 

—Vamos a ponernos un poco románticos, Marta. ¿Qué dirías que hace tan especial tu relación con Lorenzo?

—Lo que me gusta de mi relación con Lorenzo es que me siento en total confianza. Puedo ser yo misma, y sobre todo, él siempre intenta sacar lo mejor de mí, motivándome y diciéndome que puedo lograr lo que me proponga. A veces me mira con apoyo y confía en mí más de lo que yo misma confío. Y eso es muy guay, porque me hace sentir que soy un poco imparable.

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—¿Trabajáis juntos en Glow Filter? ¿Cómo es esa experiencia?

—No te voy a mentir, discutimos de vez en cuando en el trabajo, porque si no discutiéramos, sería raro. Pero llegamos a un punto en el que dijimos: 'El trabajo es el trabajo'. Y cuando llegamos a casa, se acabó hablar de eso. Si no lo hacemos así, no hablamos de otras cosas que enriquecen nuestra relación. Así que intentamos separar el trabajo de nuestra vida personal. Y eso nos ha ido muy bien, porque al principio, todo el tiempo estábamos hablando de trabajo.

"Quise crear algo que pudieran usar, pero que también se sintieran guapas"

—Ahora, centrándonos en tu debut como diseñadora, ¿qué ha significado para ti crear esta colección?

—Llega en un momento de muchos cambios en mi vida. Llevo 11 años en esto y, aunque me han surgido oportunidades para crear colecciones para otras marcas, creo que ahora es el momento adecuado. Ha habido una sinergia muy buena con el equipo de Mustang, que tiene un gran reconocimiento en el mundo de la moda española, y eso me da mucha confianza. Me han dado libertad para crear lo que quisiera, y cuando una se siente libre, es la mejor forma de crear. Creo que la colección refleja mi esencia, y también he intentado diseñar algo para todo tipo de mujeres: mis amigas, mi madre, mi suegra… Algo que fuera bonito, pero cómodo, que elevara el look. Mis amigas siempre me dicen: 'Me encanta el tacón que llevas en tal evento, pero yo no puedo ponérmelo'.

"Me he sentido más a gusto de lo que esperaba diseñando, porque era algo que me daba mucho respeto"

—¿Qué pensaría la Marta de hace 15 años al ver estas oportunidades tan grandes?

—No sé qué pensaría la Marta de hace 15 años, pero si pudiera decirle algo hoy, le diría que disfrutara más del proceso, de todo lo que he vivido. No es que no lo haya disfrutado antes, pero ahora soy más consciente de lo afortunada que soy. Antes me preocupaba mucho por todo, pero ahora veo que no es para tanto.

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