Rumbo, guitarras y el buen rollo han inundado el plató de El Hormiguero esta noche. Estopa ha llegado con una energía increíble y con ganas de disfrutar de una noche única bajo la batuta de Pablo Motos. El presentador ha entrevistado a los hermanos David y José Muñoz, quienes han hecho un repaso a su carrera profesional, han hablado de su nuevo proyecto musical, de su gira y sus más de dos décadas revolucionando la música de nuestro país.
A las 21:59, Estopa ha entrado al plató de Antena 3 al ritmo de su conocido y exitoso tema, Partiendo la pana. Nada más sentarse en la mesa, han brindado y han hablado de su gira por su 25 aniversario: "Sacamos las entradas aquí en la última entrevista y cuando salimos, se habían acabado las entradas". A lo que Motos añadía que "solo quedan siete oportunidades para ver a Estopa en directo". Y es que este tour ha sido muy especial porque han hecho 25 conciertos por sus 25 años en la música.
"Un día sin hacer nada, sin gira, el despertador me lo pongo a las once. Solemos dormir 14 horas diarias menos los fin de semana, que nos hinchamos. Me pongo el despertador de la siesta. Cría fama y échate a dormir", ha confesado José entre risas. David ha continuado explicando que una vez que se despiertan: "Nos vamos a correr. Hacemos 15 kilómetros en una horita y media. Voy muy lento y corro como un pato. Soy amigo de todos los camareros, me conozco todos los bares, a todas las abuelas. Lo que hago es pasear, algunas abuelas me adelantan", ha contado sin poder contener la carcajada.
Los hermanos han compartido algunos de los momentos más memorables que les ha regalado la música. "El concierto que más he disfrutado es el de Dani Martín en Barcelona. También fue muy especial cuando fuimos a conocer a Extremoduro, y Joaquín Sabina con Los Rodríguez fue una pasada", han contado con entusiasmo. Pero no todo queda en los conciertos a los que han asistido. También han vivido anécdotas únicas en los suyos propios. David recuerda una especialmente caótica y divertida: "Mi padre invitó a todos los médicos a uno de nuestros conciertos. Yo, por mi parte, invité a todo el barrio. Iba repartiendo entradas como si fuera el cartero. Un día mi padre me dijo que no le había dejado ni una entrada, porque además todavía quedaban los compromisos de verdad. Yo había dicho que sí como a 500 personas, y él también invitó a una locura de gente".
Además, David Muñoz confesó entre risas: "Soy hipocondriaco. Tengo vértigo… me da y me caigo al suelo”. Una revelación que su hermano José no tardó en matizar con humor: "A mi hermano no le puedes hablar de síntomas porque se los agarra todos". También recordaron una de sus anécdotas más surrealistas: cuando llegaron tarde a su propio concierto en el Estadi Olímpic. "Apuramos mucho y los accesos son un embudo. Íbamos avanzando poco a poco… hasta que una fan nos reconoció en plena cola. Nos comimos nuestro propio atasco”, contó José, provocando carcajadas en el plató. Y añadió con filosofía: "Yo siempre digo que en los atascos no hay que agobiarse, porque por agobiarte no vas a llegar antes".
En la plaza Catalunya de Cornellà, un banco ocupa un lugar especial. No tanto por su forma o diseño, sino por la estatua que acoge: la de dos hermanos que marcaron una generación con su música. Un homenaje que, sin embargo, no está exento de anécdotas y cierto humor nostálgico. "Nos sentábamos ahí a hacer música, a tocar la guitarra cuando no nos conocía nadie. Pensábamos que íbamos a ligar sentados en el banco, pero nunca lo conseguimos", han recordado con nostalgia antes de revelar que "nuestra madre limpia la estatua de las heces de las palomas. Tampoco aguanta que los perros levanten la pata para hacer sus necesidades ahí mismo".
La historia de Estopa está llena de contrastes. "De jóvenes éramos gamberros, pero comparados con nuestros amigos, no éramos los peores", admite José. "Yo pintaba los metros, a lo mejor", ha confesado David. Entre los momentos más divertidos de la noche ha destacado cuando han hecho una competición de haber quién tardaba más en parpadear (que ha ganado David) y que ha tenido lugar después de que el menor de los hermanos haya relatado la petición que le hace su hijo en los conciertos: "Mi hijo me dice que abra los ojos cuando cante para ver a la gente. Creo que viene de nuestro abuelo que cerraba los ojos. Creo que lo hago por timidez, porque me concentro más".