Poco a poco van trascendiendo nuevos detalles sobre la muerte del papa Francisco a los 88 años, en este caso relacionados con las últimas horas que vivió el jefe de la Iglesia católica antes de fallecer. Al parecer, tras su aparición pública del pasado domingo por la mañana en el Urbi et Orbi, el pontífice descansó por la tarde y cenó tranquilamente en la Casa de Santa Marta. Estaba sereno y agradecido, tras haber podido volver al balcón de la plaza de San Pedro para dar esa bendición de Pascua. Llegada la noche, se fue a dormir y mientras reposaba, hacia las 5 de la madrugada, se despertó y aparecieron los primeros síntomas de malestar, según revela Vatican News.
Bergoglio llamó a su enfermero de manera urgente y quienes estaban con él, en esa segunda planta de la residencia, lo atendieron. Poco más de una hora después, cuando permanecía tumbado en su cama, entraba en coma. "No sufrió, todo sucedió rápidamente", dicen quienes estuvieron a su lado en esos momentos, asegurando que todo fue repentino. Allí se encontraban su enfermero y asistente personal, Massimiliano Strappetti; tres sacerdotes, uno italiano y dos argentinos: Fabio Salerno, Daniel Pellizzon y Juan Cruz Villalón; así como las monjas vicencianas que dirigen el edificio donde el pontífice residió durante más de una década.
Cabe recordar que Strappetti era el hombre de confianza del papa desde hace casi un lustro, la persona que le "salvó la vida" cuando le recomendó que se sometiera a una operación de colon en 2021. Así lo contaba en una ocasión el propio Francisco, quien solo tenía palabras de elogio y gratitud para el que era su mano derecha. Era, además, el que de un tiempo a esta parte le ayudaba siempre a moverse en su silla de ruedas. En su última noche, Bergoglio tampoco se separó de él y fue muy posiblemente el último rostro que tuvo ante sus ojos, ya que a las 7:35h fue cuando el papa les decía adiós. Se iba de manera discreta, en paz, sin dolor y muy bien acompañado.
"Con profundo dolor, debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre", expresaba el camarlengo a primera hora de lunes para dar la triste noticia al mundo entero. Ya por la tarde, tras el rito de constatación de su muerte que tuvo lugar a las 20h, desde la Oficina de Prensa del Vaticano se indicaba la causa del deceso. Era un ictus cerebral que le causó un fallo cardiocirculatorio irreversible. Así lo certificaba el profesor Andrea Arcangeli, jefe de la Dirección de Sanidad e Higiene, en el parte de defunción que se hacía público. Además, se recordaba que Bergoglio tenía antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes de tipo II.
A última hora de la tarde de ayer, también pudimos conocer el testamento espiritual del papa Francisco, una carta escrita de su puño y letra donde señalaba el lugar en el que quiere recibir sepultura. Es el documento redactado por el pontífice el 29 de junio de 2022, pidiendo que se le entierre en Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales mayores de Roma y por la que este sentía gran devoción. "Deseo que mi último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada viaje apostólico", puede leerse. "El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus", añadía.
El siguiente paso, según marcan unos protocolos eclesiásticos perfectamente definidos, será el traslado del cuerpo del santo padre a la basílica vaticana para que reciba el homenaje de todos los fieles. Se hará este miércoles 23 de abril, según las modalidades establecidas por la primera congregación de los cardenales. Ya el sábado, tendrá lugar el funeral solemne en San Pedro a partir de las 10:00 horas, al que acudirán jefes de Estado y de gobierno, así como multitud de líderes internacionales de todo el planeta para darle su último adiós al papa.