El papa Francisco fue un reformador, un aperturista y un pionero en distintos aspectos del catolicismo, pero sobre todo fue un hombre que destacó por ponerse siempre al lado de los más débiles. De hecho, tras su muerte, si hay algo en lo que casi todos coinciden es en su personalidad extraordinariamente generosa y solidaria, dando voz a los que no la tenían allá donde fuera. A los 'invisibles', a los más vulnerables, a los pobres, a los migrantes, a los enfermos, a los que tienen muy poco o nada, fueran o no seguidores de la fe cristiana. A ellos, dedicó no solo sus plegarias sino también sus esfuerzos, aunque eso le valiera en ocasiones enfrentarse de lleno a los poderes establecidos.
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De carácter humilde, dialogante y cercano, comprometido con el mundo que le rodeaba y modernizador de su propia casa, el legado que deja Bergoglio es sobresaliente y perdurará para los anales de la historia. Servirá de inspiración para millones de personas y para los que vengan después y ocupen su cargo, quienes lo tendrán como un referente a la hora de afrontar cualquier desafío ligado a los tiempos que corren. Entre sus grandes logros durante sus doce años de pontificado está, sin duda, la transformación a distintos niveles de una iglesia que muchos veían anquilosada y de la que era su líder supremo.
Desde que fue nombrado el 13 de marzo de 2013, el que era el primer papa jesuita y latinoamericano tenía una hoja de ruta muy clara. Quería impulsar e iniciar procesos que pudieran suponer un cambio para la humanidad, en la búsqueda incansable por lograr la justicia social que defendía a capa y espada. Esa era su máxima en vida y la doctrina que le guiaba, la que le hacía levantarse cada mañana, la que le hizo renunciar voluntariamente a numerosos lujos y prebendas asociados a su estatus, la que puso en marcha desde que abandonó su Buenos Aires querido para instalarse en Roma.
Un papa en tiempos de guerra 'obsesionado' con la paz
Aunque le faltara la voz, solía decir en sus llamamientos que "una guerra siempre es una derrota”, mientras el estallido de la violencia, la destrucción y la muerte se extendía por lugares como Ucrania o no cesaba en Oriente Medio. Por eso, pedía una y otra vez la paz, las veces que hiciera falta, exigiendo de manera vehemente a los líderes internacionales que alcanzaran acuerdos y dieran un paso al frente para frenar el horror. Que no se derramara más sangre era lo único que les pedía.
“No pensaba que sería un papa en tiempos de guerra”, lamentó en una ocasión sobre el panorama tan desolador que veían sus ojos, tal y como recuerda Vatican News. Con ese afán por conseguir la unidad entre naciones, viajó por todo el globo a lugares donde nunca antes había estado el jefe supremo de la iglesia católica, aunque alguno de ellos fuera considerado como tierra hostil.
Fueron destinos como Irak, Mongolia, la república democrática del Congo, Sudán del Sur, Kazajistán... siendo el primero en firmar una declaración de fraternidad con una de las principales autoridades islámicas. Antes, imposible olvidar la visita que hizo a la isla italiana de Lampedusa, tras el terrible ahogamiento de cientos de refugiados que intentaban llegar en patera.
El hombre que empoderó a las mujeres en la iglesia
Que Francisco fue un renovador quedó de manifiesto cuando modificó el código de derecho canónico para permitir que las mujeres pudieran ejercer funciones de responsabilidad en la curia. Bajo su mandato, hubo nombramientos como el de la religiosa Simona Brambilla como nueva prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada, o el de Raffaella Petrini como jefa de la Gobernación del Vaticano. A religiosas, misioneras, profesoras, expertas, teólogas... les otorgó, además, el derecho de voto dentro de la iglesia por primera vez.
Su pontificado también estuvo marcado por la lucha contra los abusos sexuales a menores o personas en situación de marginalidad. En 2019, promulgó una ley que ordenaba a todos los sacerdotes y religiosos denunciar estos casos, norma que más tarde extendió a los laicos. Se reunió con víctimas y en uno de sus declaraciones dijo sentir "vergogna" (vergüenza) por esta lacra que, durante tantos años, se había silenciado desde los estamentos eclesiásticos.
Otra de sus decisiones con mayor repercusión fue las bendiciones a parejas gays, a los divorciados que se han vuelto a casar y a las parejas que conviven sin haber contraído matrimonio. Esto, como era de esperar, le generó una cascada de críticas entre los sectores más conservadores dentro de la iglesia. Pese a ello, el papa Francisco también permitió que homosexuales y trans sean padrinos de bautizo. "Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad... ¿Quién soy yo para juzgarla?", se preguntó en aquella frase que dio la vuelta al mundo.
Cambios en el ceremonial fúnebre para pontífices
Tras la muerte del que ha sido el primer papa que vivía fuera del palacio apostólico, el Vaticano activaba este lunes una serie de protocolos funerarios de acuerdo con las disposiciones del llamado Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Se trata del libro litúrgico cuya última edición fue aprobada por el líder espiritual en abril de 2024 y que se publicó meses después, en noviembre.
Dicho documento fue modificado por deseo expreso de Bergoglio, quien pretendía de esta forma simplificar aspectos clave del ceremonial fúnebre para cualquier jefe supremo de la iglesia católica. Así, se eliminaban algunas tradiciones como los tres ataúdes, el catafalco y el báculo papal con la intención de subrayar la figura pastoral del sumo pontífice.
Junto a todo lo expuesto, el papa también reformó la ley de contratos públicos de la Santa Sede en aras de la transparencia y contra la corrupción, y sometió a las fundaciones vaticanas al control de la secretaría de economía con inspecciones periódicas. Asimismo, derogó la norma que impedía que los cardenales fueran juzgados por un tribunal ordinario de primera instancia del Vaticano.
Un escritor prolífico
El papa Francisco fue autor de numerosos libros a lo largo de su vida, obras que reflejan fielmente cómo era su personalidad y espíritu crítico. Entre ellos, destacan Meditaciones para religiosos (1982), Ponerse la patria al hombro (2004), La Nación por construir. Utopía, pensamiento y compromiso (2005) o Sobre la acusación de sí mismo (2005). Después, durante sus doce años de papado, publicó cuatro encíclicas: Lumen Fidei, escrita a cuatro manos con su antecesor, Benedicto XVI (2013); Laudato si, sobre el cuidado del planeta (2015); Fratelli tutti (2020) y Dilexit nos (2024).
En su haber, constan también siete exhortaciones apostólicas: Evangelii Gaudium (2013); Amoris laetitia, sobre el amor en la familia (2016); Gaudete et exsultate, sobre la llamada a la santidad (2018); Christus vivit (2019); Querida Amazonia (2020); Laudate Deum (2023), en la que denunciaba la "debilidad de la política internacional" en la lucha climática y C'est la confiance, por el 150 aniversario del nacimiento de Santa Teresa del Niño Jesús. Tampoco nos podemos olvidar de sus libros De los pobres al Papa, del Papa al mundo (2022), donde respondía a preguntas de personas sin hogar, y de su autobiografía: Esperanza (2025).