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Elsa Pataky está de vuelta en España y en los rodajes. La actriz se reunió con ¡HOLA! a más de 24 horas, entre aviones y coches, de la puerta de su casa en Byron Bay, ya saben, esa localidad australiana de surferos y naturaleza que desde aquí nos parece el paraíso, donde se instaló con su familia hace una década.
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Fue durante su breve pero intensa estancia en Madrid como embajadora de la firma de calzado Gioseppo junto a la que celebra diez años de feliz relación. A las afueras de la gran ciudad, entre árboles y caballos, su gran pasión, hablamos con ella de su familia, los desafíos de la maternidad ahora que sus hijos entran en la adolescencia y cómo abraza esta etapa de la vida.
Ya nos lo decía en una anterior entrevista “estoy en un momento de vivir y disfrutar de día a día y lo que venga, vendrá. Tener proyectos es maravilloso, pero ya no con ese ansia de perseguir, simplemente que las cosas sucedan de manera natural”. Pronto estrenará Matices -5 de junio-, la serie que rodó en Salamanca el pasado verano y de nuevo regresará en breve para grabar un nuevo proyecto con el mismo equipo. Mientras, vuelve a su hogar rápidamente para reunirse de nuevo con su marido, Chris Hemsworth y sus hijos India, Tristan y Sasha.
—¿Crees que es tu mejor momento como mujer o lo mejor está por llegar?
—Siempre es bueno pensar que lo mejor está por llegar, pero tampoco me puedo quejar. Hay que ver el futuro siempre de manera positiva y pensar que van a seguir llegando cosas bonitas que te inspiren, seguir soñando de alguna manera, aunque, eso sí, desde una perspectiva mucho más tranquila. Lo que tiene que pasar, pasará, y si no es así, pues tampoco pasa nada.
—¿Sientes que tienes por fin las riendas de tu vida en el sentido de que sabes lo que quieres y lo que no…?
—Sí, siento que tengo las riendas de mi vida. La madurez te da seguridad en ti misma y estoy en la edad en la que ya sé perfectamente lo que quiero y lo que no. Has tenido experiencias y has aprendido, y esa sabiduría te ayuda a ver las cosas desde otro punto de vista. He ganado en seguridad.
—El año que viene soplarás 50 velas. ¿Cómo te imaginas celebrando el medio siglo: algo tranquilo o el fiestón?
—Pues no lo sé, pero soy una persona bastante tranquila y me gustan las cosas en petit comité, las multitudes me provocan tensión. A lo mejor cuando era joven no me daba cuenta, pero ahora me gusta hacer grupos pequeños, una cena de tres o cuatro personas y disfrutar de ellas; cuando hay 20 no es tan íntimo. Así que no lo sé, aún no me lo he planteado.
—¿Tampoco sabes lo que te gustaría regalarte a ti misma en una fecha tan redonda?
—La verdad es que es un momento especial y merece la pena celebrarlo con la gente que más quieres. Celebrar la vida y los años de experiencias y recuerdos es lo bonito. Pero como quedan otros 50 por delante, pues hay que disfrutarlos de la misma manera —ríe—.
—¿Qué le dirías a la Elsa de los 20 años si la tuvieras delante?
—Podría aconsejarla porque consideres que hiciste cosas que no fueron grandes decisiones o que te equivocaste, pero es que pienso que precisamente esas cosas con las que te enseñan en la vida. Incluso la parte del sufrimiento. La herida es por donde entra la luz. Cada obstáculo que tienes en la vida tiene un aprendizaje.
—¿En esta etapa hay algo que estés dejando atrás y algo que abraces con ganas?
—Sí, estoy dejando atrás el miedo a equivocarme y a vivir menos asustada por eso. Es lo que decía antes, lo que tenga que venir vendrá, y si no, no pasa nada.
—¿Con los años has conseguido sentirte más libre? Me refiero a perder el miedo a decir lo que piensas, a que te importe menos lo que dicen de ti…
—Sí. Pierdes el miedo a la reacción de la gente o a que te juzguen por lo que dices o por lo que no. La edad te da libertad en el sentido de que no te importa tanto lo que piense la gente.
—¿Tienes algún sueño pendiente que aún no te has permitido del todo?
—Más que sueños, siempre he sido de ponerme retos en la vida, y sigo haciéndolo. Seguir mejorando, por ejemplo, para ser mejor persona y conseguir la mejor versión de mí misma.