Jessica Bueno ha querido compartir con sus seguidores una parte muy íntima de su vida: las secuelas físicas que ha sufrido tras su tercer embarazo. La modelo, que fue madre por primera vez a los 22 años junto a Kiko Rivera, y más tarde tuvo a sus dos hijos pequeños durante su matrimonio con Jota Peleteiro, ha explicado el motivo por el que su abdomen no ha vuelto a ser el mismo.
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“Después de tu tercer hijo, ¿qué hiciste para recuperarte tan rápido? Sobre todo de la tripa”, preguntaba una seguidora. La respuesta de Jessica fue clara y reveladora: “Tengo diástasis abdominal y una hernia umbilical”. Un diagnóstico que, más allá del plano estético, le ha supuesto molestias físicas y cierta inseguridad: “Me acompleja bastante porque no puedo trabajar el abdomen como me gustaría. La pared abdominal está abierta y, cuando como, viajo o tengo más estrés, se me inflama y parece que tengo tripa de embarazada”, explicaba con total naturalidad.
Aunque reconoce que durante mucho tiempo ha evitado operarse por miedo, últimamente se está planteando una intervención o incluso valorar otras técnicas menos invasivas, como el láser. “Es algo que me afecta, no solo físicamente sino también en mi digestión. A veces me da reflujo y siento dolor. Sé que tarde o temprano tendré que hacerlo”, confesaba.
En paralelo, la sevillana ha iniciado un nuevo tratamiento para mejorar el estado de su abdomen: “Primera sesión de radiofrecuencia en abdomen, después de tres embarazos me está costando un poco recuperar esta zona porque padezco displasia abdominal”, relataba. La modelo, que ha retomado con fuerza su faceta profesional, sabe que su imagen forma parte de su trabajo, pero también ha dejado claro que su prioridad es sentirse bien.
De hecho, recientemente se sometió a un cambio de prótesis mamarias tras 13 años: “Después de los tres embarazos estaban regulín”, contaba con emoción. Además, se ha regalado algunos cuidados faciales, como un tratamiento de bótox en la frente y perfilado de labios. Con tres hijos y una nueva etapa personal y profesional por delante, Jessica Bueno demuestra que hablar con franqueza sobre el cuerpo y la maternidad también es una forma de empoderarse. Su mensaje, lejos de la perfección, es de aceptación, compromiso con la salud y amor propio. “Hay que dejarse cuidar”, concluía. Y ella, sin duda, lo está haciendo.