Nueva York vuelve a ser el escenario del descanso y la inspiración para Nuria Roca y Juan del Val. Como ya es tradición en la pareja, han aprovechado las vacaciones de Semana Santa para escaparse a su ciudad favorita, una que conocen como si fuera su segundo hogar, pero que siguen disfrutando con la ilusión de la primera vez. Desde hace años, la Gran Manzana se ha convertido en un punto de encuentro entre su amor por los viajes, el arte, la gastronomía y el buen gusto.
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En esta ocasión, han compartido algunos de sus mejores momentos en redes sociales, revelando los pequeños placeres que componen su rutina neoyorquina perfecta: “Una y otra y otra y otra vez… la primavera en Nueva York”, escribía Nuria con ese entusiasmo que nunca pierde. Entre los planes imprescindibles de esta escapada: “coger un taxi, comer en Cipriani, caminar 11 kilómetros por Central Park lleno de cerezos en flor y volver a desayunar viendo el Empire State”. Una agenda repleta de momentos que hablan de su complicidad, su amor por la ciudad y su manera de vivir el tiempo juntos: sin prisa, pero con intensidad.
Además, este año han disfrutado de una velada muy especial en la ópera, otro de los planes con los que, sin duda, han seguido alimentando esa conexión con la cultura que ambos comparten. Por las imágenes, queda claro que han aprovechado cada rincón y cada instante. No es la primera vez que Nueva York les devuelve esa chispa renovada. Como contó la propia Nuria a ¡HOLA!: “Nos gusta descubrir lugares, pero Juan y yo siempre acabamos en Nueva York. Vamos una media de dos veces al año y siempre repetimos”. Y es que, más allá del turismo, la ciudad les ofrece algo difícil de encontrar: un refugio compartido donde el arte, la vida y el amor se entrelazan a su manera.
Juan del Val, con su habitual sentido del humor, también ha hecho su particular homenaje a la ciudad: “En Nueva York el vino suele estar caliente, es malo, es caro y lo sirven en unas copas horribles… Da igual, me sigue pareciendo la mejor ciudad del mundo”. Una declaración que resume bien ese amor imperfecto —pero incondicional— por la ciudad de los rascacielos. La pareja ya ha vivido numerosas escapadas a este destino, incluida la que coincidió con el desfile de sombreros de Pascua en la Quinta Avenida, una de las tradiciones más coloridas y singulares de la ciudad. En aquella ocasión, Nuria escribió unas palabras que bien podrían resumir lo que significa para ella Nueva York: “Gracias por devolverme la claridad mental, por agotarme físicamente de tanto andar, por meterme el arte en vena… Es tan mágico volver una y otra vez”.
Esta nueva escapada llega, además, como un merecido descanso entre proyectos profesionales. Con agendas que no paran, han encontrado en esta tradición personal la mejor forma de reconectar y regalarse tiempo de calidad. Una historia de amor que también se escribe —una y otra vez— entre las calles vibrantes de Nueva York.