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Alejandro Sanz ha vuelto a demostrar que, más allá de los escenarios y las giras internacionales, su mayor refugio está en su faceta como padre. El artista ha aprovechado unos días de descanso para disfrutar de unas vacaciones familiares en Miami, donde ha compartido una jornada muy especial con sus cuatro hijos: Manuela, Alexander, Dylan y Alma. La encargada de mostrar este entrañable plan fue su hija mayor, Manuela, de 23 años, quien a través de sus redes sociales ofreció a sus seguidores una ventana íntima a este día a bordo de una embarcación en alta mar.
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© manuela.snzmAdemás, la propia Manuela se mostró radiante en una selfie playera, luciendo un conjunto blanco veraniego, gafas de sol y un nuevo detalle que no pasó desapercibido: su melena pelirroja, que estrenaba en esta escapada y que resaltaba aún más su estilo fresco y natural. En otro de los vídeos, se puede ver a una figura masculina al timón del bote. No hacía falta mostrar el rostro: los tatuajes inconfundibles en el brazo bastaban para identificar a su padre.
© manuela.snzmEn otra de las imágenes Manuela no pudo evitar mostrar el enorme amor que comparte con sus hermanos. Captando a su hermano Dylan, de 12 años, disfrutando relajado del paisaje costero. El niño, fruto de la relación de Sanz con Raquel Perera, aparecía en una imagen sencilla pero llena de calma, sentado en la parte trasera del barco, con una leve sonrisa y la brisa marina acariciando su rostro.
© manuela.snzmLa joven también compartió una tierna foto junto a la pequeña Alma, de 10 años, dejando entrever el cariño que las une. "Te amo", escribió sobre la imagen, una declaración que no pasó desapercibida entre los seguidores del clan Sanz. En otras publicaciones, se pudo ver a Alexander, de 22 años, disfrutando igualmente del paseo bajo el sol de Miami. El joven es hijo de Alejandro junto a la diseñadora Valeria Rivera, y mantiene una excelente relación con sus hermanos.
© manuela.snzmUn respiro necesario tras la tragedia
Estas vacaciones familiares no solo han sido una oportunidad para disfrutar del mar y del reencuentro con sus hijos, sino también un bálsamo emocional para el cantante, que atraviesa días especialmente duros. Hace apenas unos días, Alejandro Sanz expresaba en redes sociales su consternación tras la tragedia ocurrida en República Dominicana, en la que fallecieron varios de sus amigos más cercanos durante el colapso de la discoteca Jet Set, en Santo Domingo."Mi corazón está lleno de dolor e incertidumbre", escribió el artista en un mensaje que conmovió a sus seguidores.
© alejandrosanz"No lo entiendo, no lo proceso. No puedo y no quiero", confesaba. Con el corazón roto, dedicó unas sentidas palabras a la familia Grullón: "Es terrible e inimaginable. Dominicana, estoy con ustedes, fuertemente". También compartió imágenes de los momentos vividos junto a sus amigos Eduardo y Johanna: "En un solo segundo nos cambia la vida, o nos la quita. Solo nombraros duele. Cuidaré de nuestra familia, recordando que todos, absolutamente todos los segundos, son importantes. Os quiero".
© alejandrosanzCinco mosqueteros
Alejandro ha compartido en varias ocasiones el profundo amor que siente por sus hijos, a quienes llama cariñosamente sus “guardianes”. El verano pasado, ya protagonizaron una escapada memorable a París, de la que el artista compartió algunas fotos en sus redes. “Estar juntos llena todos mis universos y descubrirnos entre la magia ya es patrimonio de nuestras vidas”, escribió entonces, dando muestra de la intensidad con la que vive su paternidad.
© manuela.snzm“De niño me encantaban los tres mosqueteros. Pero sólo ahora, soy consciente de que cada día, con ellos, pongo en práctica: ‘Todos para uno, y uno para todos’. No somos tres, somos cinco, y el equilibrio es aún más perfecto”, reflexionaba en un mensaje anterior. Palabras que, una vez más, cobran sentido al ver la unión y la complicidad que ha conseguido cultivar con sus hijos. En esta escapada por las aguas de Miami, lejos del ruido mediático y en plena conexión con los suyos, Alejandro Sanz ha encontrado el mejor de los refugios: su familia. Una familia que, con su sola presencia, parece devolverle la calma, la fuerza… y la música.
