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Justin Bieber, uno de los ídolos pop más reconocibles de su generación, atraviesa una etapa que ha despertado preocupación entre los suyos. Algunas personas cercanas al cantante han manifestado su inquietud por el momento que atraviesa el artista canadiense, describiéndolo como una etapa de “malas decisiones” y de “lucha con distintos demonios”. “Está tomando decisiones muy desafortunadas últimamente, que afectan a sus amistades, a su economía y a sus negocios”, asegura una fuente de People. “La gente está preocupada por él”.
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Estas declaraciones llegan en un contexto marcado por su distanciamiento con antiguos colaboradores como Scooter Braun quien anunció su retirada de la industria en 2024, la desvinculación de su marca de moda Drew House y los persistentes rumores sobre su estado emocional. El pasado 10 de abril, Bieber sorprendía a sus seguidores al publicar, y luego borrar, un mensaje en sus redes sociales donde dejaba clara su desvinculación con su firma: “Yo, Justin Bieber, ya no tengo relación con esta marca. Drew House no me representa ni a mí, ni a mi familia, ni a mi vida”. Y añadía: “Si estás conmigo como persona, no malgastes tu dinero en Drew House”. Esta ruptura marca un punto de inflexión en el artista, que ya ha anunciado el lanzamiento de una nueva línea de moda, SKYLRK, con la que parece querer iniciar una etapa diferente.
En paralelo, la sombra de su cancelada gira Justice Tour en 2022 sigue generando titulares. Según The Hollywood Reporter, algunos antiguos miembros de su equipo afirman que dicha cancelación le dejó una deuda millonaria. Sin embargo, el representante de Bieber ha desmentido tajantemente estas informaciones: “Esto es solo una estupidez hecha para hacer clics, basada en ‘fuentes’ anónimas y claramente desinformadas, decepcionadas por no seguir trabajando con Justin”. Añadió además que “estas historias innecesarias y suposiciones inexactas no le apartarán de su camino”.
Poo Bear, uno de sus colaboradores musicales más cercanos —coautor de temas como Despacito o What Do You Mean?— también ha alzado la voz para mostrar su apoyo: “Rezo por él. Espero que esté bien”, comentó en declaraciones recogidas por THR. Además, el mismo Bieber, de 31 años, ha compartido en los últimos meses varias reflexiones íntimas a través de sus redes sociales.
El 13 de marzo, escribía en sus historias de Instagram: “La gente me ha dicho toda mi vida ‘te lo mereces’, pero yo siempre me he sentido indigno. Como un fraude. Como si pensaran que merezco algo cuando, en realidad, si supieran lo que pienso...”. Días después, el 22 de marzo, reconocía sus dificultades para manejar la ira: “Tengo problemas de ira, pero quiero mejorar y no reaccionar tanto”. Ese mismo día publicó también un vídeo tocando música en una reunión íntima y dejaba una frase que no pasó desapercibida: “A veces me odio cuando siento que dejo de ser auténtico. Luego recuerdo que todos vivimos con la sensación de no ser suficientes, pero aun así me molesta cambiarme para agradar a los demás”.
Los rumores sobre una supuesta crisis en su matrimonio con Hailey Bieber, su mujer desde 2018, también han sido constantes. Page Six publicaba que Hailey está “haciendo lo mejor que puede para estar ahí para él”, aunque matizan que “hay límites”. A pesar de ello, no se ha confirmado ninguna ruptura, y el entorno insiste en que siguen juntos. A finales de febrero, su representante ya tuvo que salir al paso de especulaciones sobre supuestas adicciones, tachándolas de “rumores agotadores y lamentables que reflejan la obstinación de algunos por mantener narrativas dañinas que no se ajustan a la realidad”. Por su parte, otro informante anónimo aseguraba a THR que “Justin está más sano que cualquiera de nosotros, física y mentalmente”.
Entre las posibles fuentes de estrés que estarían afectándole, algunos apuntan también al juicio pendiente de Sean “Diddy” Combs con quien Bieber tuvo relación en la pasada década, y el aislamiento progresivo que ha sufrido en su entorno profesional. Un antiguo miembro de su equipo fue especialmente gráfico en su descripción: “Es como ver a alguien que no está viviendo su propósito. Está perdido. No hay nadie que le diga ‘no’, porque quien lo hace, desaparece”.