Es una de las artistas más queridas y admiradas de nuestro país. Teresa Rabal es un icono intergeneracional, una mujer que ha marcado a diferentes generaciones y una trabajadora incansable que siempre ha encontrado en el público un cariño incondicional. Aunque apuesta por la discreción y mantiene su vida privada al margen del foco mediático, ahora ha querido abrir su corazón para dar una importante noticia que pertenece a su más estricta intimidad, Quizá como símbolo de agradecimiento por ese apoyo que recibe desde hace décadas, la cantante y actriz ha hecho el anuncio más esperado.
"Alegría. Alta de oncología. Diez años", ha dicho Teresa Rabal, quien además ha dado las "gracias al hospital de Collado Villalba" en el que la han ayudado durante este largo proceso con final feliz. La artista contó en 2019 que había tenido cáncer de mama y que todo comenzó porque pasó un mes con fiebre solo por la noche. Gracias a un análisis se lo detectaron, y aunque la enfermedad no había avanzado, tuvieron que extirparle un pecho, como ella misma relató. "No perdí la sonrisa. En seis meses ya estaba bien", contaba en El Mundo.
La artista siempre ha querido usar su altavoz para concienciar de la importancia de las revisiones: "Yo dejé de hacérmelas porque mi ginecólogo murió y ya no quise ir. Hice mal". Afortunadamente, pudo superar la enfermedad sin recaídas, una etapa dura que coincidió con la convalecencia de su esposo, pero el protocolo habitual hizo que continuara con pruebas y revisiones periódicas que ahora han llegado a su fin. Ha dejado atrás para siempre esa etapa y mira al futuro con optimismo, llena de energía y muchas canas de seguir disfrutando.
Muchos compañeros y amigos han celebrado el alta de la artista, que es tía de Liberto Rabal. "Maravilla. Qué alegría, Teresa", ha dicho Nuria Gago, mientas que Marta Hazas ha reaccionado con un emoticono en forma de corazón. También muchos admiradores anónimos se han alegrado de esta buena noticia. "Me alegro muchísimo que estés de alta. Yo era una gran fan cuando era pequeña, hasta me corte el pelo de pequeña como tú" y "Enhorabuena guerrera, vaya contigo todo mi cariño y parte de mi infancia", son solo algunos de los comentarios que ha recibido.
En esta última década, Teresa Rabal no ha dejado de trabajar y de escribir nuevos capítulos en una historia profesional inigualable. Nacida el 5 de noviembre de 1951 en Barcelona, es hija de dos pesos pesados de la interpretación con son los recordados Paco Rabal y Asunción Balaguer, de los que aprendió "su respeto por la profesión, su constancia y su buen hacer". Tenía solo 9 años cuando debutó ante los flashes en Viridiana, película de Luis Buñuel. Esos primeros pasos ya dejaban claro que estábamos ante una artista que haría historia. Así ha sido.
En 1967 trabajó en la compañía de teatro de Carlos Larrañaga y Mª Luisa Merlo, donde formó parte del reparto Vidas privadas. Mientras estaba estudiando la carrera de Filosofía y Letras, pero la amplia oferta de propuestas laborales que recibía hizo que dejara la universidad. En 1980 dio un paso más al despegar como cantante y se centró en la música infantil, universo con el que además fundó El Circo de Teresa Rabal. Escuchar su voz te transporta inmediatamente a la infancia, sin importar la edad que tengas.
La artista siempre ha contado con el completo apoyo de su familia. Estuvo casada con el compositor Luis Eduardo Rodrigo, que murió en 2017 y fue su gran amor además de su mitad laboral. No en vano, fue él quien compuso temas tan emblemáticos como Veo Veo y Me pongo de pie. Juntos tuvieron dos hijos, Luis y María, que siempre han sido su absoluta prioridad y que también forman parte del mundo del espectáculo. Él es músico, cantante e ingeniero de sonido y María, directora de casting.
"Afortunadamente, he podido conciliar perfectamente mi vida familiar con mi trabajo. Eso sí, mis hijos se han comido muchas tournées, pero eso les ha enseñado a ser chicos luchadores", decía de ellos en la revista Teatros. El gran regalo que le han hecho es convertirla en abuela, y es que en sus nietos ha encontrado siempre "el impulso para remontar" en las etapas más difíciles.