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Vanesa Martín ha visitado este martes Late Xou, el programa de Marc Giró en La 1, para presentar su nuevo trabajo que la llevará de gira por Estados Unidos. Una visita en la que también desveló algunas anécdotas divertidas a la par que embarazosas, que aún hoy consiguen arrancarle una sonrisa al recordarlas.
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Su encuentro más confuso
La invitada confesó que no reconoció a la escritora Almudena Grandes, a pesar de ser uno de los rostros más emblemáticos de la literatura contemporánea. "Fui a un concierto de Joaquín Sabina y después a la fiesta, y cuando miro atrás estaba Almudena Grandes", comenzó a relatar. "Yo me fui hacia ella y le dije que qué alegría verla allí y le di un abrazo, pero me miraba raro", explicó. Ellas no se conocían de antes.
Almudena se quedó perpleja ante la situación. "Estaba con Jesús Maraña y fue él quien nos presentó diciendo: Vanesa Martín, Almudena Grandes", se reía. "Es que la confundí con la dueña de un tablao de Sevilla, que había estado allí", señaló, explicando lo gracioso de la historia. "¡Imagínate cuando me enteré! Yo me quería morir", decía ante la atónita mirada de Marc Giró.
La historia con Grandes se quedó como una anécdota más, pero no fue la única. "Estaba en Tarifa de vacaciones y confundí a una locutora de radio con la chica que me hacía el láser", recordó la cantante entre risas. "Yo fui hacia ella y le dije '¡Hola!', porque en el láser hay intimidad y te ven de todas las formas y colores", contextualizó. Vanesa le propuso ir a tomar algo y la conversación, aseguraba, no tenía mucho sentido. "De repente caí en quién era por la conversación que estábamos teniendo", continuaba sin poder aguantar la risa. "A mí es que me cambias el contexto y desvarío", confesó en tono bromista.
Tan grandes son los despistes de la artista que hasta le cuesta reconocer a los trabajadores de su propio equipo: "Vi pasar por delante de mi camerino a un técnico y le dije: 'Ay, encantada de conocerte, ¿trabajas aquí? ¡Bienvenido!'", relató. ¿Lo curioso? Que el hombre llevaba un año trabajando junto a la artista. Después, para que se acordara de su cara durante los siguientes conciertos, el técnico optó por el humor: "¡Venía a mi camerino a cantarme canciones!"