La noche más intensa en Supervivientes dejó momentos de enorme carga emocional, especialmente para Anita. La unificación de los concursantes de Playa Misterio con los de Playa Furia y Playa Calma trajo consigo reencuentros y decisiones que marcarán un antes y un después en la convivencia. Entre lágrimas y abrazos, Anita vivió uno de los episodios más duros desde que comenzó su aventura en Honduras: la reincorporación de Manuel.
El primero en cruzar las puertas de la palapa fue Manuel, quien regresaba tras su etapa en Playa Misterio. Su entrada dejó sin palabras a varios de los supervivientes, pero fue Anita quien se llevó todo el foco. Incapaz de ocultar su malestar, rompió a llorar nada más verle y buscó consuelo inmediato en Montoya, con quien ha estrechado lazos en las últimas semanas. “Me ha venido muy bien este tiempo para reforzar cosas con él y no quiero que se fastidien otra vez”, confesaba.
Montoya, por su parte, no dudó en apoyarla: “Para mí es una persona a la que no doy importancia. Quiero que Anita esté tranquila, que esté bien. Ya se ha pasado”. Una frase que intentaba calmar los ánimos en un momento tan sensible.
Las tensiones no acaban con Manuel
Tras Manuel, Makoke hizo su entrada en la palapa. Aunque fue recibida con alegría por algunos de sus compañeros, el reencuentro con Laura Cuevas dejó en evidencia que no todas las heridas estaban sanadas. “Le hice la cruz. Me traicionó”, aseguró la ex de Kiko Matamoros, visiblemente molesta con la actitud que Cuevas tuvo con ella en el pasado. Laura, por su parte, optó por el silencio, marcando distancia.
La última en completar la unificación fue Nieves Bolós, quien no pudo evitar emocionarse al abrazar a Pelayo y el resto de sus compañeros. “Los primeros días solo lloraba, pero ha sido una pasada”, confesó. Un reencuentro más amable que los anteriores, aunque no exento de cierta tensión cuando Anita le reprochó actitudes contradictorias durante su paso por la playa: “Te quejabas de cosas y luego hacías lo mismo”.
Anita y Damián deciden el destino de sus compañeros
Como líderes de sus respectivos grupos, Anita y Damián asumieron la difícil tarea de distribuir a los nuevos integrantes. En un primer momento, acordaron que Makoke iría a Playa Calma con Damián, y Nieves a Playa Furia con Anita. Pero la decisión más complicada llegó con Manuel. Ambos intentaron evitar que su presencia alterara la dinámica que tanto esfuerzo les había costado construir.
Finalmente, y tras valorar los pros y los contras, decidieron que Manuel también iría a Playa Furia, el mismo equipo que Anita. Una elección que sorprendió a muchos, pero que ella justificó con firmeza: “No quiero que Montoya esté mal si no sabe lo que pasa en el otro equipo. Prefiero verlo cerca a estar pendiente desde lejos”.
La unificación marca una nueva etapa en Supervivientes, con alianzas que se pondrán a prueba y emociones que siguen a flor de piel. Anita ha dejado claro que, pese al dolor, está dispuesta a seguir adelante y proteger su vínculo con Montoya, incluso teniendo que convivir con quien tanto le hizo daño.