Fue todo un bombazo. Por inesperado y por sus protagonistas. Porque el noviazgo de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler hizo correr ríos de tinta. La chispa de este amor irresistible saltó durante un viaje organizado por Porcelanosa, para visitar al entonces príncipe Carlos de Inglaterra en el palacio de Buckingham. Era el mes de mayo de 2015. Mario estaba separado de su mujer, Patricia Llosa, con quien había celebrado, ese mismo año, sus bodas de oro. Isabel, por su parte, había enviudado de su marido, Miguel Boyer, en septiembre del año anterior, después de casi tres décadas de matrimonio. Tras sufrir un derrame cerebral, habían pasado dos años de mucho dolor debido a su enfermedad, durante los que Isabel estuvo plenamente dedicada al cuidado de su marido.
En aquella entrevista en el palacio de Buckingham, nos hizo esta confesión: "Perdí a mi marido en el momento del derrame cerebral. Fueron dos años y siete meses realmente duros. Reconozco que fue entonces cuando verdaderamente perdí a mi compañero de viaje". El duelo, por lo tanto, había sido largo.
Entonces apareció Mario, el escritor al que consideraba un amigo desde que lo había conocido hacía muchos años. Y se produjo entre ellos un auténtico flechazo que no pasó desapercibido a sus compañeros de viaje a Londres. En aquel reportaje, hay una imagen inolvidable en la que Mario mira a Isabel intensamente, con una sonrisa de galán de cine.
La propia Isabel nos contaba entonces: "Vi por primera vez a Mario en San Luis, Misuri, cuando lo entrevisté en el año 1986 para ¡HOLA! A partir de entonces, Miguel y yo entablamos una buena amistad con Mario y su mujer, que se ha mantenido durante todos estos años".
Un terremoto mediático
A la semana siguiente de que se publicara la fiesta de Londres, se produjo un terremoto mediático. Las alarmas se dispararon con la portada de ¡HOLA!: "Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, fotografiados juntos en un almuerzo para dos en Madrid". Siete días después, en otra portada, aparecían las imágenes que confirmaban su relación, al salir de un restaurante donde habían cenado los dos solos.
Aquella era la primera vez que aparecían juntos en público, aunque ya había estallado la noticia de su romance y Mario se había visto obligado a aclarar que estaba separado de Patricia, ya que esta circunstancia se había puesto en duda.
"Esto que nos sucedió a nosotros fue inesperado. No era algo que nos imagináramos que fuera a ocurrir, pero ocurrió", nos confesó Mario en su primera entrevista de su nueva etapa con Isabel
Al principio no fue fácil enfrentarse a los miedos de quienes los rodeaban, especialmente a los hijos de Mario, a quienes la noticia les afectó mucho. "Para la familia no ha sido fácil. La situación los tomó por sorpresa. No esperaban que surgiera algo como esto a estas alturas de mi vida. Así que ha habido que limar las cosas", nos confesó Mario en la primera entrevista que nos concedieron los dos juntos, en Nueva York, en septiembre de 2016. "Esto que nos sucedió a nosotros fue inesperado. No era algo que nos imagináramos que fuera a ocurrir, pero ocurrió. Estamos en una etapa muy bonita, muy feliz, dando los pasos que se van dando, cuando se han de dar".
La pareja del año
Los primeros meses de su relación fueron muy intensos. Hubo viajes alrededor del mundo, de Nueva York a Moscú, de Perú a Colombia y a Filipinas para conocer a la familia de Isabel. También infinidad de cenas, óperas, corridas de toros, un romántico viaje a Buenos Aires y las cataratas de Iguazú, un crucero por los fiordos noruegos, otro por las islas griegas, Bali y el sudeste asiático. Isabel y Mario se habían convertido, sin duda, en la pareja del año.
"El ritmo de viajes que llevamos es tremendo. El año pasado decíamos que habíamos pasado más tiempo en el aire que en tierra; lo decíamos en broma, pero yo creo que era casi verdad", nos contaba Isabel en su día.
Los primeros meses de su relación fueron muy intensos. Hubo viajes alrededor del mundo, de Nueva York a Moscú, de Perú a Colombia, a Filipinas...
Sus primeras vacaciones de verano juntos fueron como un viaje de novios: los descubrimos en su paradisíaco escondite de la isla de Mustique, donde Isabel solía acudir de vez en cuando, en una villa privada de ensueño, donde pasaron tres semanas: las dos primeras en pareja y la última con los hijos de Isabel. Mario era bien recibido en la familia. Ya vivía en la casa de Puerta de Hierro, como uno más del 'clan Preysler'. "No vamos a cambiarnos de casa. Estamos felices. La convivencia está siendo maravillosa y ni se nos ha ocurrido marcharnos de esta casa".
En la familia de Isabel todos habían aceptado la relación de maravilla. Tamara llegó a comentar con su simpatía que Mario era tan bueno con ella que incluso le pasaba alguna vez su blog para que se lo corrigiera: "Ya que lo tenía en casa... pues tenía que aprovechar, y a veces me preguntaba sobre lo que yo estaba escribiendo. Pero es que le interesa todo, habla con el jardinero, con el guarda de la caseta, con todo el mundo. Y todos los días tiene la misma rutina: se levanta a las 5:30, lee, hace deporte durante una hora, se ducha, desayuna y ya empieza a escribir. Pero es que de trato es genial porque le interesa todo", contaba la hija de Isabel.
La boda soñada
Muy pronto comenzaron las especulaciones sobre una posible boda. Al principio, la situación legal de Mario se lo impedía, ya que todavía no había firmado el divorcio de su exmujer. El proceso fue largo y la firma llegó en noviembre de 2018. Pero tampoco entonces sucedió lo que todos esperaban: que Mario e Isabel se convirtieran en marido y mujer. Ya para entonces, ambos estaban acostumbrados a la pregunta de rigor: "¿Para cuándo la boda?", pero Isabel siempre respondía lo mismo: "Estamos maravillosamente bien como estamos. Somos muy felices así y, por el momento, y a estas alturas de la vida, no vemos la necesidad de cambiar nuestra situación. Mario me ha pedido que me case con él, pero aún no le he respondido. Nada está descartado en nuestro futuro. Todas las opciones son posibles".
Mientras tanto, la vida seguía. En diciembre de 2017 regresaron a Mustique, esta vez para asistir a la boda de Ana, la hija de Isabel, con Fernando Verdasco. Mario continuaba con su notable carrera de escritor y muy frecuentemente Isabel lo acompañaba a sus eventos literarios por todo el mundo. "Estar con Mario me ha aportado muchísimo. Además de felicidad y amor, he aprendido muchas cosas, he conocido a gente interesantísima y me ha enseñado lugares maravillosos que nunca había visitado".
"Mario me ha pedido que me case con él, pero aún no le he respondido. A estas alturas de la vida, no vemos la necesidad de cambiar nuestra situación", respondía Isabel sobre la boda
Formaban una pareja que parecía irrompible. Pero lo cierto es que, en los últimos tiempos, la convivencia se había vuelto complicada por sus respectivos trabajos. Y a mediados de diciembre de 2022, tras una escena de celos infundados, el escritor salió de la casa de Isabel y se instaló en su piso del centro de Madrid sin la menor explicación. "Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente", fue la única declaración de Isabel en ¡HOLA! Después de casi ocho años juntos, decidieron tomar caminos diferentes. El novelista regresó con su familia y a su tierra natal, donde ha fallecido. Isabel no ha hecho ningún comentario. Sin duda, lo habrá lamentado profundamente.