La Semana Santa ha comenzado para Francisco Rivera con el mejor regalo posible: la llegada al mundo de su tercer hijo en común junto a Lourdes Montes. Nicolás nació el 9 de abril en el hospital Materno-Infantil Quirón Salud de Sevilla mediante un parto "muy bueno y muy rápido", por lo que escasas horas después pudieron abandonar el centro sanitario. Disfrutan de las fiestas entre paseos y juegos en familia que son el refugio del diestro tras la mala noticia que ha recibido, una espinita que no ha podido sacarse.
Apasionado y fiel defensor de las tradiciones de nuestro país, para Francisco Rivera la Semana Santa siempre ha sido una prioridad. Desde hace décadas es miembro de la Hermandad de la Esperanza de Triana y durante años ha ejercido también como costalero del Cristo de las Tres Caídas. De hecho, en algunos ensayos se llevó al pequeño Curro porque siempre ha inculcado a sus hijos su fervor religioso. "De las cosas bonitas que me ha dado la vida es poder vivir este momento con mi hijo”, aseguraba el diestro, sin imaginar que esta experiencia tan importante para él tendría un final amargo.
Las normas de la cofradía a la que pertenecen establecen que sus miembros solo pueden ser costaleros hasta los 50 años y que a partir de ahí tienen que dar paso a otros compañeros. Pero Francisco Rivera y otros miembros de la cuadrilla, que ya han pasado ese límite establecido, han pedido que esa norma se modifique y la edad se prorrogue siempre que las circunstancias así lo requieran. ¿La razón? En 2024, su último año bajo los palos del Cristo, no pudieron sacarlo en procesión debido a las condiciones climatológicas, que obligaron a cancelar los actos.
Al no haberse podido despedir como querían, han solicitado que se les permita salir este 2025, pero la petición no ha sido aceptada. Un varapalo para el mayor de los Rivera Ordóñez y para sus compañeros ."Somos 9. Es incomprensible, una falta de caridad, empatía, de hermandad, de esperanza... Es muy triste y es una pena muy grande. Sobre todo, no entendemos que haya precedentes a los que sí se les ha dejado y no entendemos por qué a nosotros no", ha contado en conversación con Y ahora Sonsoles.
El hijo de Paquirri y Carmen Ordóñez lamenta que la persona encargada de tomar esta decisión no haya querido reunirse con ellos en estos últimos meses y prefiere no pensar que se trata de un asunto personal: "No tenemos ninguna explicación, se ha negado a recibirnos. En una hermandad tiene que primar otras cosas. Quiero pensar que no es nada personal, una hermandad tiene que estar por encima de todo, es otra cosa".
Al margen de esta mala experiencia, Francisco se queda con las experiencias tan bonitas que ha vivido estos años como costalero. "Nunca nos quitarán lo que hemos vivido y la relación que tenemos con él”, asegura. Comienza una nueva etapa en la que vivirá la Semana Santa desde otra perspectiva pero con la mejor compañía posible, la de su mujer y sus cuatro hijos, Cayetana, Carmen, Curro y Nicolás.