La muerte de Mario Vargas Llosa ha dejado un profundo vacío entre sus seres queridos. Su nieta Josefina, hija de Gonzalo Vargas Llosa y Josefina Said, le ha rendido un conmovedor homenaje a través de una carta cargada de amor, gratitud y admiración.
En ella, no solo evoca el vínculo entrañable que los unía, sino también la huella indeleble que el escritor dejó en el corazón de su familia. Más allá de su legado literario universal, Josefina recuerda al abuelo cercano, al confidente incondicional y al héroe que marcó su vida para siempre.
Querido abuelo:
Con el corazón roto y la tristeza más profunda que he sentido en mi vida, te escribo estas palabras. Antes que nada, quiero agradecerte, porque fuiste mucho más que mi abuelo: un segundo papá que me regaló la vida y me acompañó durante treinta años. Gracias por estar siempre presente en todos los momentos importantes, por tu cariño, tu generosidad y tus lecciones de vida. Siempre me harán falta tus carcajadas, todas tus historias y nuestras conversaciones comiendo huevos rotos en Casa Lucio. Me entristece pensar que no podré tener momentos así otra vez y que no conocerás a mis hijos, pero ellos crecerán sabiendo que su bisabuelo fue un genio absoluto.
Junto a la abuela Patricia, tu compañera de más de 60 años y el amor de tu vida, construiste una vida extraordinaria. Cumpliste todos tus sueños y recibiste innumerables premios y distinciones. Pudiste vivir la vida que quisiste: escribiendo todos los días. Trajiste un inmenso orgullo a tu amado país al ser el primer peruano en ganar el Premio Nobel. Tus palabras cambiaron el mundo, y lo seguirán haciendo en las generaciones por venir. Dado tu espíritu rebelde, tenías que escribir: para imaginar otras realidades y crear posibilidades de lo que podría ser. Utilizaste tu obra literaria no solo para entretener, sino también para condenar la tiranía, promover la democracia y defender la libertad y los derechos humanos. Siempre te negaste a permanecer pasivo ante la injusticia. Sin importar los obstáculos que enfrentaste, nunca dejaste de luchar por lo que creías.
Sé que la vida nunca volverá a ser igual sin ti. Siempre habrá un hueco en mi corazón, y estoy agradecida por ello. Será un recordatorio constante del amor y la gratitud que siento. Ya puedes descansar en paz, no tienes que preocuparte por la abuela ni por tus hijos, porque tus nietos nos quedamos para cuidar de ellos. Te lo prometo. Gracias por luchar tantos años con tanta valentía contra tu enfermedad para darnos más tiempo contigo. Me consuela saber que las leyendas nunca mueren. Siempre ha sido, es y será el privilegio y orgullo de mi vida ser tu nieta.
Hasta que nos volvamos a encontrar,
Josefinita
Josefina Vargas Llosa, hija de Gonzalo Vargas Llosa y nieta del escritor Mario Vargas Llosa, nació en abril de 1995. Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de Nueva York, trabaja como analista estratégica en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en la Gran Manzana.
El 4 de marzo de 2023, se casó con el ingeniero mexicano Emiliano Camarena, a quien conoció en 2019 mientras cursaba un máster en la prestigiosa Universidad de Cumbia. La boda tuvo lugar en la Basílica de San Pedro, ubicada en el centro histórico de Lima, Perú, y contó con la presencia de aproximadamente 400 invitados.
"Había planeado esta boda desde que tuve uso de razón y nunca podría haber imaginado lo mucho que superaría todas mis expectativas. Se lo debo todo a mis magníficos padres y a mis abuelos, quienes han sido siempre como mis segundos padres por abrirme el mundo", dijo Josefina tras el 'sí, quiero'. "Casarme en mi país natal y poder mostrarles a todos nuestros invitados todas las maravillas históricas, gastronómicas y culturales que tiene el Perú fue un sueño hecho realidad y un motivo de gran orgullo. Ver a miles de personas reunidas en el centro histórico el día de la boda fue un verdadero testimonio del respeto, cariño y admiración que le tienen sus compatriotas a mi abuelo Mario y sin duda uno de los momentos más emotivos para mí", añadió.