Santo Domingo amaneció de luto tras una de las tragedias más devastadoras de su historia reciente. En la madrugada del martes, la emblemática discoteca Jet Set, un ícono del entretenimiento nocturno de la capital y hogar de los tradicionales “merengazos” de los lunes, colapsó súbitamente durante un concierto del legendario merenguero Rubby Pérez. Los "merengazos de los lunes" eran una tradición muy popular en este establecimiento, donde cada semana se celebraban conciertos en vivo dedicados al merengue, el género musical más representativo del país. El derrumbe del techo de la discoteca provocó la muerte de al menos 98 personas y dejó a casi 200 heridas, según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y el Ministerio de Salud Pública.
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En el momento del siniestro, alrededor de 300 personas se encontraban dentro del establecimiento. Las imágenes aéreas captadas tras la tragedia mostraron un amplio agujero en el centro del local, justo donde se encontraba el público durante la presentación. Videos tomados por asistentes revelan el instante exacto del colapso: mientras la banda tocaba, se perciben señales de alarma y segundos después las lámparas colgantes y el techo comienzan a caer, acompañados por gritos y estruendos que interrumpen bruscamente la música.
Lo que debía ser una noche de fiesta y celebración se tornó en una escena dantesca. Cientos de asistentes disfrutaban de los clásicos del merengue cuando, sin previo aviso, el techo se desplomó, dejando atrapadas a decenas de personas entre los escombros. Las causas del colapso aún se desconocen, aunque sobrevuelan interrogantes sobre posibles fallos en la estructura, más aún teniendo en cuanta que el local sufrió un incendio hace dos años.
Rescate agónico
Tras esta terrible tragedia, más de 400 rescatistas y personal de al menos 22 instituciones públicas trabajaron sin descanso, guiados por las voces que aún se escuchaban entre las ruinas y la esperanza de encontrar supervivientes. Algunos atrapados lograron comunicarse por teléfono con sus familiares mientras pedían auxilio. El director del COE, Juan Manuel Méndez, aseguró que las labores continuarían mientras exista la más mínima posibilidad de vida.
Uno de los momentos más dramáticos fue la localización de Rubby Pérez, quien permanecía con vida bajo los escombros. Según testimonios de su hija Zulinka y su hermano Micaías, el artista fue encontrado entonando canciones para hacerse oír. “Comenzó a cantar para que pudieran escucharlo”, relató su hija. Sin embargo, la esperanza se desvaneció horas más tarde: Rubby Pérez falleció en la tarde del martes, tras más de 14 horas de agonía. Su muerte marcó profundamente al país. Conocido como la voz más alta del merengue, Rubby fue un símbolo de identidad y cultura para varias generaciones.
Identidades de las víctimas: figuras destacadas entre los fallecidos
Hasta la media tarde del martes, 32 de los fallecidos habían sido identificados oficialmente, entre ellos figuras emblemáticas de la política, la medicina, el deporte y la música dominicana:
- Nelsy Cruz, gobernadora de Montecristi y familiar del beisbolista Nelson Cruz, fue encontrada con vida entre los escombros y pudo comunicarse con el presidente Luis Abinader para pedir ayuda. Sin embargo, falleció mientras recibía atención médica debido a un grave trauma por aplastamiento. El Ministro de Cultura describió su muerte como una "pérdida irreparable".
- Octavio Dotel, exjugador de las Grandes Ligas y campeón de la Serie Mundial en 2011, fue rescatado con vida, pero lamentablemente falleció mientras era trasladado al hospital. Su academia, el Colegio Sabiduría y Baluarte, expresó su profundo pesar por su pérdida, destacando que deja “una huella imborrable” en todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo. Además, su amigo y colega Tony Blanco también ha sido confirmado entre los fallecidos.
- Luis Emilio Guillén, empresario y presidente del Club de Leones de Haina (una organización de voluntarios que se dedica a ofrecer servicios humanitarios y mejorar la comunidad), organizó un reencuentro de vecinos en el Jet Set, donde tristemente perdió la vida en el siniestro. Hasta el momento, él es la única persona identificada de un grupo de más de 30 miembros del Club de Leones de Haina, conocidos como los "Haineros Dorados", que asistieron al evento.
- Lourdes Ricard, una cardióloga de gran renombre y esposa del endocrinólogo Yulino Castillo (quien aún se encuentra desaparecido), también está entre las víctimas mortales. Su fallecimiento ha causado una profunda conmoción en la comunidad médica de la República Dominicana, al igual que la desaparición de otros profesionales, como la uróloga Yadira Cueto y la joven Eleanna Paola Vidal Perdomo.
- Luis Solís, saxofonista de la banda de Rubby Pérez, murió durante el derrumbe. Con 61 años, era considerado un virtuoso y una figura querida tanto en los escenarios como en las aulas de música.
- Eduardo Estrella Jr., hijo del ministro de Obras Públicas, se encuentra entre los desaparecidos, según confirmó Juan Manuel Méndez.
Duelo nacional e indignación creciente
El presidente Luis Abinader acudió personalmente al lugar del siniestro, visiblemente afectado, acompañado de su esposa, la primera dama Raquel Arbaje, y declaró tres días de duelo nacional. La bandera ondea a media asta en todo el país, mientras la sociedad dominicana comienza a asimilar la magnitud de la tragedia.
La alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía de Garrigó, lamentó la tragedia y ofreció condolencias a las familias que aún esperan noticias de sus seres queridos. La solidaridad ha sido inmensa: cientos de personas se han volcado en la donación de sangre y apoyo emocional a los afectados.
No obstante, entre la conmoción también crece la indignación. Sobre todo por el historial del local: “Esto no es la primera vez. En 2023 hubo un incendio. Nadie se preguntó qué falló”, expresó Julio Arias, amigo íntimo de Rubby Pérez, cuestionando la gestión de los dueños del local, la familia Espaillat López, una de las más poderosas del país.
Un país de luto, un dolor compartido
La República Dominicana no solo llora a sus muertos, sino que clama por respuestas. Familias completas esperan noticias a las afueras de hospitales y de la morgue. Redes sociales se han llenado de pedidos de ayuda para identificar cuerpos, ubicar desaparecidos y brindar consuelo.