En los cayos hondureños, donde la supervivencia lo es todo y cada gesto cuenta, una conversación entre Anita, Montoya y Carmen Alcayde ha captado la atención de los seguidores de Supervivientes. Las imágenes inéditas emitidas en el último Última hora han mostrado una escena que no se vio durante la pasada gala y que aporta una nueva perspectiva sobre la ya comentada infracción del reglamento por parte de los concursantes.
La secuencia arranca con Anita buscando consuelo tras una jornada especialmente tensa. Visiblemente afectada por la presión del grupo y tras haber sido señalada por sus decisiones alimenticias durante el reto de Poseidón, la catalana no dudó en buscar a Montoya, saltándose las normas establecidas por la organización.
“Estaba llorando sola”, confesó, justificando así su necesidad de romper las reglas para encontrar apoyo en su compañero. Montoya no dudó en abrazarla y en ofrecerle palabras de consuelo, criticando las actitudes que, según él, están dinamitando la convivencia.
La llegada de Carmen Alcayde no hizo más que reforzar ese momento de unión. “Esto es un juego”, afirmó. Sus palabras sirvieron de bálsamo para Anita, a quien también recordó que en este tipo de entornos “no tienen piedad”, aludiendo a otras situaciones vividas en la playa, como el accidente de Makoke.
En este encuentro a tres bandas, salpicado de confesiones, complicidad y resistencia emocional, se pone de relieve una cara menos visible del programa: la necesidad de apoyo en un entorno hostil. Y aunque su comportamiento conllevó una sanción, las imágenes inéditas revelan que, más allá de la desobediencia, lo que hubo fue un intento de encontrar alivio entre compañeros en medio de un clima cada vez más exigente.