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Como suele ser habitual cada vez que pasa unos días en España, Victoria Iglesias salió a montar a caballo por los alrededores de la finca que su padre tiene en la localidad malagueña de Ojén.© MADPHOTO PRESS

Victoria Iglesias toma las riendas de su vida y pasa cada vez más tiempo en España

Apasionada del sur peninsular, del buen tiempo y, sobre todo, de los animales, ha encontrado en la finca de su padre, en Ojén, su paraíso personal


8 de abril de 2025 - 18:09 CEST

De los ocho hijos de Julio Iglesias —los tres que tuvo fruto de su relación con Isabel Preysler y los cinco pequeños, con Miranda Rijns­burger—, quizá nunca pensó que serían sus dos hijas gemelas, Victoria y Cristina Iglesias, las que desarrollaran un mayor vínculo con España.

Y eso que la madre de los tres primeros reside en Madrid desde hace décadas. No obstante, si hay dos rostros cuyos viajes a nuestro país son cada día más frecuentes, esos son el de Cristina y, sobre todo, el de su hermana Victoria, una auténtica apasionada del sur, de Málaga y, sobre todo, de los animales.

Como suele ser habitual cada vez que pasa unos días en España, Victoria Iglesias salió a montar a caballo por los alrededores de la finca que su padre tiene en la localidad malagueña de Ojén.© MADPHOTO PRESS
Como suele ser habitual cada vez que pasa unos días en España, Victoria Iglesias salió a montar a caballo por los alrededores de la finca que su padre tiene en la localidad malagueña de Ojén.

A punto de cumplir 24 años (lo harán a principios de mayo), Victoria ha encontrado en la finca que su padre tiene en Ojén su auténtico paraíso. Y aunque lleva una vida de lo más ajetreada entre Miami, Punta Cana y Nueva York, lo cierto es que, según pasan los años, sus escapadas a Marbella son cada vez más frecuentes.

Acompañada por uno de sus inseparables perros, galopó durante horas, disfrutando de una de sus grandes pasiones© MADPHOTO PRESS
Acompañada por uno de sus inseparables perros, galopó durante horas, disfrutando de una de sus grandes pasiones

En cuanto sale el sol y hay previsión de buen tiempo para unos días, no duda en subirse al avión y, acompañada de su perros —sus más fieles compañeros de viaje—, poner rumbo a Andalucía, donde reconectar con la naturaleza y, sobre todo, donde disfrutar de una de sus grandes pasiones: la hípica.

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