Las recién inauguradas cocinas de MasterChef 13 han sido testigo de historias sorprendentes, pero pocas tan impactantes como la de Gabriela Hinojosa. A sus 31 años, esta madrileña no solo llega al concurso con ganas de demostrar su talento culinario, sino que también trae consigo una historia de familia, poder y desencuentros que parece sacada de un drama televisivo.
Hija de Eduardo Hinojosa, fundador de Cortefiel y cabeza del imperio textil que ahora conocemos como el Grupo Tendam, Gabriela creció rodeada de los valores empresariales que convirtieron a su familia en una de las más ricas de España. Sin embargo, tras el fallecimiento de su padre hace un año, lo que debería haber sido un legado de éxito y unión familiar se convirtió en una auténtica batalla por la herencia. Con 12 hermanos en la ecuación, la tensión se hizo insoportable y Gabriela tomó una decisión radical: dejar su puesto en la empresa familiar y buscar un nuevo camino.
"Desde que se ha ido él, entre herencia y trabajo, todo se ha convertido en algo complicado", confesaba en el estreno del programa. Con una sinceridad desgarradora, reveló cómo el dinero puede transformar a las personas y desgarrar lazos familiares: "Los quería de verdad y me da pena que una herencia lo haya cambiado todo. Es un regalo, no un derecho". Su testimonio emocionó a los jueces y puso sobre la mesa una realidad que afecta a muchas familias.
Pero si algo define a Gabriela es su capacidad para reinventarse. Embarazada de 16 semanas y madre de dos pequeños de 3 y 1 año, decidió que era el momento de apostar por sí misma y entrar en MasterChef, un terreno completamente nuevo para ella. Y no lo hizo de cualquier manera: deslumbró con un magret de pato con salsa de chalotas, frambuesas, oporto y parmentier de patata. Un plato que conquistó a los exigentes jueces y le valió el codiciado delantal blanco.
Pepe Rodríguez vivió un emotivo reencuentro con Gabriela, quien le recordó que, en el pasado, él había enviado un mensaje de ánimo a su padre cuando estaba enfermo. Todo ocurrió después de que su hermana lo sorprendiera grabando en El Puerto de Santa María. En ese momento, Pepe fue el encargado de darle la gran noticia: "Has hecho un magret de pato perfecto. Esto se merece estar dentro".
Ahora, Gabriela afronta el reto de MasterChef con la determinación que la caracteriza, dejando atrás las disputas familiares para centrarse en su pasión por la cocina. ¿Será capaz de alzarse con el título?