Poco a poco se van conociendo las verdaderas causas que llevaron a la muerte al astro del fútbol, Diego Armando Maradona, que se produjo el 25 de noviembre de 2020, tras sufrir un ataque cardiaco mientras se recuperaba de una cirugía para tratar un sangrado alrededor del cerebro. Sin duda, la reciente revelación de la autopsia realizada al exjugador ha conmocionado al mundo del fútbol y a la opinión pública. El informe, que se hizo público el pasado 27 de marzo durante el juicio, detalla que Maradona sufrió una agonía de al menos 12 horas antes de su fallecimiento, a causa de un edema pulmonar agudo con insuficiencia cardíaca y miocardiopatía dilatada; esto es, una insuficiencia respiratoria y un paro cardiaco.
También se descubrió que su corazón pesaba el doble del tamaño normal, como explicó Mauricio Cassinelli, uno de los forenses que declararon en el tribunal. Según su declaración, que recoge el diario La Nación, se encontró en sus órganos una acumulación de cuatro litros y medio de agua, una retención que seguramente debió comenzar días antes de su muerte. Por todo ello, Cassinelli aseguró que las condiciones de salud del futbolista no eran las mejores para ser tratado en casa, sino que debía haber acudido a un hospital.
Estas revelaciones han intensificado el juicio que comenzó el 11 de marzo de 2025 en San Isidro (Argentina), después de ser aplazado en varias ocasiones. Y el testimonio de este experto, que fue director de Medicina Legal de la Superintendencia de la Policía Científica, y que ha practicado más de 8.000 autopsias a lo largo de su carrera, solo complica aún más la delicada situación legal de los acusados. Se trata de ocho profesionales de la salud, médicos y enfermeras, que atendieron a Maradona antes de su muerte, incluyendo el neurocirujano del fallecido, Leopoldo Luque, y su psiquiatra, Agustina Cosachov. Todos ellos enfrentan cargos por homicidio simple con dolo eventual. Se les acusa de haber actuado de manera deficiente y negligente en el cuidado del exfutbolista, ignorando signos evidentes de riesgo vital y manteniendo un plan médico inapropiado. Y, aunque los acusados niegan los cargos, de ser declarados culpables, podrían enfrentar penas de prisión de hasta 25 años.
El juicio ha revelado que las condiciones de internación domiciliaria de Maradona no eran las adecuadas para un paciente con sus antecedentes médicos, careciendo de equipamiento esencial como desfibrilador y tubos de oxígeno. Además, se han presentado pruebas impactantes, como imágenes de la autopsia, que llevaron a Jana Maradona, una de las hijas del astro, a abandonar la sala visiblemente afectada.
El abogado de las hijas de Maradona, Fernando Burlando, ha sido especialmente crítico, afirmando que los responsables de la salud del futbolista lo trataron "como a un animal" y calificando el hecho como un "asesinato planificado". Burlando también señaló a las hermanas de Maradona y al abogado Matías Morla, como posibles beneficiarios de su muerte.
Por otro lado, la defensa de los acusados ha argumentado que hubo irregularidades en la escena donde falleció Maradona, sugiriendo que se adulteraron pruebas en la habitación horas después de su muerte. El abogado Rodolfo Baqué, representante de una de las enfermeras imputadas, afirmó que la escena estaba "sospechosamente ordenada", insinuando una posible manipulación de evidencias.
El proceso judicial, que previsiblemente se prolongará hasta mediados del mes de julio, con un total de 192 testigos citados, busca esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte de Maradona y determinar si hubo negligencia médica que contribuyó a su fallecimiento. La sociedad argentina y el mundo entero siguen atentos al desarrollo de este juicio, esperando que se haga justicia en el caso de una de las figuras más emblemáticas del fútbol mundial.
El fallecimiento de Diego Maradona estremeció al mundo entero, pero especialmente a Argentina, donde el Pibe de Oro era más que un ídolo: una figura casi divina. En La Paternal, el barrio bonaerense donde dio sus primeros pasos en el fútbol, su legado sigue más vivo que nunca. A pocos días del inicio del juicio, las calles se llenaron de murales y grafitis con mensajes como “¡Justicia para Diego!”, reflejando el cariño y respeto por uno de sus grandes ídolos.