De los 16 supervivientes de la tragedia de los Andes, hoy quedan 13. Javier Methol falleció el 4 de junio de 2005 a los 79 años, víctima de cáncer. José Luis "Coche" Inciarte nos dejó el 17 de julio de 2023 a los 75 años, tras una larga enfermedad. Y el sábado, 29 de marzo, despedimos con tristeza a Álvaro Mangino a los 71 años. "Así te recordaremos siempre. Que descanses en paz. Te queremos hoy y siempre", escribió su familia junto a una foto en la que Álvaro aparece con el gran y único amor de su vida, Margarita Arocena, con quien tuvo cuatro hijos y seis nietos.
Álvaro tenía 19 años aquel fatídico 13 de octubre de 1972, día en el que el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar a un equipo de rugby a Chile, se estrelló en el corazón de los Andes. Con el impacto se rompió la pierna izquierda y en el libro La sociedad de la nieve, de Pablo Vierci, recordó cómo Roberto Canessa le recolocó los huesos con una maniobra infalible. "La pierna estaba derechita y hasta el día de hoy camino bien gracias a él", escribió. Además, contó cómo le fabricó una hamaca dentro de los restos del avión para que pudiera recuperarse. "Me ató un pedazo de camisa con fuerza en el lugar donde estaba quebrado el hueso para que no se moviera y se terminó".
Este accidente condicionó su día a día durante los más de dos meses que estuvo en las montañas. "Tuve que vivir arrastrándome". Pese a ello, tuvo un papel clave en la supervivencia del grupo. Tal y como relató en el libro, se encargó, junto a Gustavo Zerbino y Roberto Canessa, de transformar los trozos de carne humana en "tiritas y raciones minúsculas" para que no quedaran vestigios de pertenecer al cuerpo de uno de los fallecidos.
Para sobrevivir en la montaña, cada noche pensaba en su novia, Margarita, y hablaba con ella en su mente. "No sé por qué, pero el día antes del viaje intercambiamos nuestras cadenas. Ella se quedó con la mía, que tenía una medalla, y yo con la suya, de la que colgaba un crucifijo de plata. Todas las noches me aferraba a ese crucifijo", confesó.
Después del milagro de los Andes, se casó con Margarita, a quien contó, nada más reencontrarse en el hospital, cómo lograron sobrevivir. "Quedó totalmente impactada, no podía creer lo que estaba escuchando. Tenía 18 años, uno menos que yo", recordó Álvaro.
Margarita siempre supo que Álvaro estaba vivo y todavía se emociona al recordar su reencuentro. “Cuando lo vi parecía Jesucristo. Tenía el pelo largo, rubio, la cara llena de pelos y agarré y lo abracé. Lloramos los dos, cómo no íbamos a llorar y después vinieron y me sacaron porque no nos dejaban estar tanto tiempo”, explicó en una entrevista concedida a la televisión uruguaya, donde desveló que las mujeres de los supervivientes tienen su propio chat. “Se llama las sobrevivientes y estamos muy unidas”.
Juntos formaron una hermosa familia con cuatro hijos y disfrutaron plenamente de sus seis nietos en su hogar de Montevideo. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de dificultades. Le llevó mucho tiempo procesar lo vivido en las montañas y, durante un período, solo encontraba consuelo aislándose en una habitación oscura, en completa soledad. Además, durante su matrimonio tuvieron que hacer frente a la grave enfermedad de uno de sus hijos.
El 6 de julio de 2024, Álvaro y Margarita celebraron sus bodas de oro. En la imagen que compartieron para la ocasión, ya se podía notar la fragilidad de su salud, pues aparecía con oxígeno, reflejando la batalla que estaba enfrentando. Como él mismo explicó, en enero de 2024 sufrió una grave neumonía que dejó secuelas en sus pulmones, afectando su salud desde entonces.
A lo largo de su vida, Álvaro regresó en diez ocasiones al lugar del accidente, enfrentando sus recuerdos con valentía. Su partida ha dejado un profundo vacío entre sus compañeros de batalla y en J.A. Bayona, director de La sociedad de la nieve, ganadora de 12 premios Goya.
"Nos dejó Álvaro Mangino, uno de los supervivientes del accidente de los Andes en 1972. En el impacto, se fracturó la pierna y pasó 72 días arrastrándose por la nieve. Sin embargo, a pesar de su discapacidad, será recordado por su inquebrantable espíritu y por no haber dejado nunca de trabajar en la montaña, fundiendo nieve constantemente para abastecer de agua a sus compañeros. Cada día recordaba a su novia, Margarita, con quien compartió su vida y quien lo acompañó hasta el final. Cuando rodamos La sociedad de la nieve, fue siempre generoso y su ayuda fue fundamental para el éxito de la película. Me siento afortunado de haberlo conocido. DEP, Álvaro", escribió el director, junto a un fotograma del filme en el que aparece con Juan Caruso, el actor que lo interpretó en la gran pantalla.
Caruso también le dedicó unas emotivas palabras: "Se fue Álvaro. La peleaste muchísimo. Tu historia, tu corazón y el de tu familia estarán siempre presentes en mí. Gracias, Alvarito".
Su amigo Nando Parrado, otro de los supervivientes de los Andes, no dudó en despedirse de él públicamente con este emotivo mensaje: "Mi querido amigo Alvarito, el silencio me deja sin palabras, pero mi corazón sigue hablando. Juntos luchamos contra la naturaleza, y en esa batalla, nuestra amistad se forjó con una fuerza indestructible. Lo que compartimos en aquellos 72 días es algo que nunca olvidaré, y que siempre llevaré en mi alma. Te cuidé y me cuidaste. Aunque te has ido, sabes que te llevaré en mi corazón hasta el último de mis días. Siempre estarás conmigo, compañero, hermano, amigo. Te despido con el amor y el respeto que te he tenido siempre. Nunca te olvidaré".