El mundo del cine español se viste de luto tras la muerte de uno de sus rostros más populares, Ángel del Pozo, quien nos dejó este sábado 29 de marzo, los 90 años. El actor madrileño se consolidó como uno de los rostros más reconocibles de la industria cinematográfica durante las décadas de 1960 y 1970, especialmente en el género conocido como 'Spaghetti Western'.
Nacido en Madrid en 1934, Del Pozo inició su andadura artística compaginando sus estudios universitarios con participaciones en el Teatro Español Universitario (TEU). Su pasión por la interpretación lo llevó a integrarse en la compañía de Lilí Murati, destacando en la comedia Un bruto para Patricia. Su debut cinematográfico se produjo en 1960 con la adaptación de esta obra teatral, marcando el inicio de una prolífica carrera en la gran pantalla.
A lo largo de su trayectoria, del Pozo participó en más de 60 películas, abarcando diversos géneros. Destacan títulos como Margarita se llama mi amor, de Tito Fernández; Vuelve San Valentín, de Fernando Palacios, o La cuarta ventana, de Julio Coll. Sin embargo, fue en el 'Spaghetti Western' donde encontró su mayor reconocimiento, llegando a rodar más de 30 títulos durante la década de los años sesenta y setenta.
Entre sus colaboraciones más notables se encuentran las realizadas con el director italiano Sergio Sollima. Películas como El halcón y la presa (1966) y Cara a cara (1967) no solo consolidaron su carrera, sino que también lo llevaron a compartir pantalla con figuras de la talla de Lee Van Cleef, Tomas Milian y Gian Maria Volonté. Estas producciones, rodadas en el Desierto de Tabernas (Almería), contribuyeron a la proyección internacional del cine español y al reconocimiento de la provincia andaluza como un enclave para rodajes cinematográficos de relevancia.
Vínculo con Almería y homenajes
El vínculo de Ángel del Pozo con Almería fue profundo y duradero. En 2020, el Almería Western Film Festival le otorgó el premio honorífico Tabernas de Cine en reconocimiento a su contribución al género western y su relación con la región. Aunque por motivos de salud no pudo asistir personalmente, su hija, la periodista Almudena del Pozo, recogió el galardón en su nombre. Durante el festival, se proyectó la película Cara a cara en su honor, y su nombre quedó inmortalizado en el Paseo del Cine de Tabernas, junto a otras leyendas del género.
En una reciente entrevista concedida a la revista Semana, Almudena reconocía que su padre “le descubrió el amor por el cine”. Su pérdida le ha dejado un gran vacío, pero como ha expresado en sus redes sociales “Estarás. De otra manera, pero estarás. Me quedo con lo que siempre me decías: la vida es muy bonita. Te quiero”, ha expresado la periodista acompañándolo de un carrusel de fotos. La canción de Julio Iglesias, La vida sigue igual, pone la nota musical a los stories de su hija, que se despide de su padre con este emotivo homenaje, que ha compartido con su comunidad de seguidores.
Además de su faceta como actor, Ángel del Pozo incursionó en la dirección y producción cinematográfica. Dirigió a Carmen Sevilla en La Promesa o El Alijo, con Juan Luis Galiardo, pero desde los años 90 hasta 2008, desempeñó labores de producción ejecutiva y relaciones públicas en Gestevisión Telecinco (ahora Mediaset España). Tras su retiro, mantuvo un perfil bajo en la vida pública, aunque su legado en el cine continuó siendo reconocido y celebrado.
La partida de Ángel del Pozo deja un vacío en el panorama cinematográfico español. Su versatilidad, carisma y dedicación lo convirtieron en una figura emblemática, especialmente en el 'Spaghetti Western'. Su legado perdurará en la memoria de quienes disfrutaron de sus interpretaciones y en la historia del cine.