Kike Sarasola y Carlos Marrero vuelven a estar juntos. Tras anunciar su separación hace casi dos años, después de tres décadas juntos, la pareja ha decidido darse una nueva oportunidad y han retomado su relación. La confirmación de esta buena noticia, que ya adelantó Vanitatis, ha llegado a través de las redes sociales del empresario hotelero. Este ha compartido una antigua y significativa foto de ellos juntos, acompañada del siguiente mensaje: “Esta foto tiene más de 20 años, pero es más actual que nunca. Contento y feliz. Cuando la vida te regala segundas oportunidades hay que saber aprovecharlas y vivirlas".
La relación entre Sarasola, empresario hotelero y fundador de la cadena Room Mate, y Marrero comenzó hace más de tres décadas en Madrid. Según el propio Sarasola, lo suyo fue amor a primera vista. Se conocieron a través de un amigo, que los presentó. En 2006, formalizaron su compromiso en una ceremonia que contó con la presencia de figuras destacadas como Felipe González y su exmujer, Carmen Romero; Pedro Trapote o Eugenia Martínez de Irujo. Su unión no solo celebraba su amor, sino que también simbolizaba un paso adelante en la normalización de las relaciones homosexuales en el país.
A lo largo de su matrimonio, la pareja siempre expresó su deseo de ser padres y formar su propia familia, que cumplieron gracias a la gestación subrogada. Así, en 2012 dieron la bienvenida a su primogénita, Aitana, de 13 años, y tres años después al benjamín, Carlos, de 10.
Sin embargo, tras 16 años de matrimonio y los desafíos que trajo consigo la pandemia de COVID-19, la pareja anunció su separación en mayo de 2023. Entonces, explicaron los motivos de su separación: “Es una situación triste porque cualquier ruptura supone momentos complicados y más cuando nos seguimos queriendo. No hay terceras personas en nuestras vidas y sí un desgaste que no hemos podido superar. Carlos ha sido mi pareja durante muchos años y ahora tomamos caminos diferentes en el aspecto afectivo, pero no como padres”, explicó Sarasola.
En estos dos años separados, no lo han estado del todo. Y es que tanto Kike como Carlos tenían claro cuál era su verdadera prioridad: sus dos hijos y el compromiso que adquirieron de criarlos juntos. Por esta razón, cuando rompieron su matrimonio, decidieron residir en domicilios separados pero cercanos para facilitar la convivencia familiar. Y no solo eso, sino que profesionalmente, también han seguido colaborando juntos en la cadena hotelera Room Mate, que ha vivido un 2024 extraordinario.
Tal y como lo explicó el propio Sarasola en sus redes sociales: “ ¡GRACIAS ROOMIES! Este año ha sido de récord para Room Mate Hotels. Juntos hemos cerrado 2024 con unos ingresos de 128,5 millones de euros, lo que supone un 23% más que en 2023 y un EBITDA normalizado de 28,3 millones de euros, más de un 80% que el año anterior. Y todo gracias a vosotros. Os quiero. K”
Sin duda, el tiempo ha actuado como un valioso aliado, permitiendo a la pareja reflexionar, cerrar viejas heridas y redescubrir la profundidad de los sentimientos que aún los unen. Cuando se separaron, Kike Sarasola ya reconoció que “nos queremos mucho, eso no va a cambiar y esto no es un punto final, es un punto y aparte". Y así parece que ha sucedido.
Tras dos años duros para ambos, han dejado atrás sus diferencias, aprendido de los errores y así reconstruir una relación renovada que les ha devuelto la ilusión. Los amigos cercanos de la pareja han destacado su dedicación como padres y su habilidad para mantener una relación cordial, incluso durante estos momentos más difíciles. Y podría ser que tanto la cercanía física como emocional que han mantenido durante su separación ha sido clave para reavivar la chispa que los unió hace más de tres décadas.
Esta nueva oportunidad, no solo les ha hecho felices a ellos, sino a todos sus seres queridos que siempre creyeron en su unión. Pero, especialmente felices, están su dos hijos que vuelven a tener a sus padres juntos y felices. No cabe duda de que la historia de Sarasola y Marrero, aunque ha tenido sus altibajos, es un testimonio de que, a veces, las segundas oportunidades pueden ser el inicio de algo mucho mejor.