Desde que Kate Middleton ha regresado con fuerza a la vida pública, cada uno de sus actos se examina con lupa: desde su estilismo hasta su comunicación no verbal. No en vano, es una de las figuras más admiradas de los royals británicos. Y por eso mismo, la reciente presencia de los príncipes de Gales en el Torneo de las Seis Naciones fue especialmente analizada. ¿Por qué?
Un evento deportivo en el que había que mostrar imparcialidad
El Torneo de las Seis Naciones es un evento de rugby que enfrenta, como dice su propio nombre, a seis selecciones nacionales de dicho deporte. Da la casualidad de que entre esas naciones se encuentran Gales e Inglaterra. Guillermo es el patrono de la Welsh Rugby Union (Unión Galesa de Rugby), mientras que Kate lo es del combinado inglés, apodado como "Rosas Rojas". Es decir, entre ambos hay una sana rivalidad que han mostrado en otros torneos anteriores. Este año hicieron una aparición sorpresa en el partido que enfrentaba a Inglaterra y Gales, el pasado sábado 15 de marzo.
Sucede que Kate es, además, Princesa de Gales. Es decir, se encuentra en una situación un tanto delicada a la hora de apoyar abiertamente a la selección inglesa en detrimento de la galesa (ganó la primera por 68 a 14). Pero supo solucionar este momento incómodo con un detalle que la confirma como el icono de estilo y saber estar que es.
A pesar de su alegría contenida por la victoria inglesa, Kate lució un pin muy significativo en la solapa de su abrigo: las banderas de Inglaterra y Gales cruzadas. Se trata de un sutil detalle que muestra o bien la doble nacionalidad de la persona que lo luce o el apoyo a ambas naciones. Sin duda, un pequeño gesto que no pasó desapercibido y que evitó posibles tensiones.
La Princesa de Gales, una mujer consciente del papel que representa
Kate es perfectamente consciente de su nuevo papel dentro de la familia real británica. Desde que Carlos III ascendió al trono se ha convertido en la futura reina consorte, lo que hace especialmente importante que ninguno de estos detalles quede sin cubrir. Algo que puede parecer menor para la mayoría de la gente puede ocasionar tensiones innecesarias.
Aun así, la princesa de Gales sabe manejar con auténtica maestría, en lo que a apariciones públicas se refiere, la fina línea por la que transita el estricto protocolo sin perder un ápice de estilo y dándole un toque muy personal. Miranda Holder, experta en moda y realeza, explicó en declaraciones a la revista HELLO! cómo Kate Middleton sabe moverse "entre la moda y las restrictivas limitaciones de etiqueta de la realeza a la perfección", lo cual hace que su imagen sea "absolutamente cautivadora".
De hecho, en este evento lució el mencionado pin sobre un abrigo azul navy que marca la cintura, como es habitual en sus looks, hecho a medida por una de sus firmas de cabecera, Alexander McQueen, que también creó su vestido de novia. Calzó unas botas altas de Gianvito Rossi y solo lució un complemento: un bolsito con asa rígida creado por la marca de lujo Grace Han, perteneciente a su colección Love Letter. Y, como siempre que lleva el pelo suelto, su melena lucía amplias ondas de medios a puntas.
Fiel embajadora de los 'total look' monocromos
Desde que Kate retomó su agenda el pasado mes de noviembre, cada una de sus apariciones se convierten en un acierto de estilo. De hecho, los últimos días han sido especialmente fructíferos en eventos. El 10 de marzo pudimos verla en el Día de la Commonwealth, en la abadía de Westminster, y dos días después del partido de Inglaterra contra Gales se celebró San Patricio, festividad en la que la princesa quiso estar presente.
En el Día de la Commonwealth volvió a confiar en Gianvito Rossi para calzarse, y lució un espectacular (y conocido) abrigo con maxilazo y un tocado pillbox de inspiración años sesenta. Como siempre, en un perfecto outfit monocromo (esta vez en rojo), al igual que en el Torneo de las Seis Naciones, donde apostó por el azul, y que en San Patricio, donde, como mandan los cánones, escogió un precioso verde pino.