El duque de Westminster, amigo íntimo de los príncipes Guillermo y Harry y padrino de sus dos hijos mayores, los príncipes George y Archie, acaba de anunciar que el próximo verano nacerá su primer hijo, un bebé que vendrá al mundo en una de las familias más ricas del Reino Unido y que puede convertirse en el heredero del imperio de los Grosvenor... ¿O no? El nacimiento del primer hijo de Hugh Grosvenor, séptimo duque de Westminster, y Olivia Henson, que se casaron el pasado junio en la Catedral de Chester en una boda casi real, viene a reabrir un debate sobre igualdad que se arrastra desde hace siglos.
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Los títulos nobiliarios británicos suelen heredarse siguiendo las normas tradicionales de primogenitura masculina. Esto significa que el título pasa al hijo varón mayor del titular actual. Si no hay descendencia masculina, el título puede extinguirse o, en algunos casos, puede heredarlo una hija si así se especificó en la creación del título. Sin embargo, esto último es poco común y depende de las condiciones establecidas por el monarca en el momento de otorgar el ducado. Es por esto que Hugh Grosvenor, el actual duque de Westminster, se convirtió en el heredero tras la muerte de su padre, Gerald Grosvenor, a pesar de tener dos hermanas mayores (Lady Tamara y Lady Edwina) que por ser mujeres solo pudieron optar al rango de Lady, lo que reconoce su nobleza, pero no conlleva los mismos derechos ni el prestigio formal de heredar el ducado o el título principal.
Una generación más tarde y la historia se repite
Si el duque de Westminster tiene una hija como primogénita y no tiene hijos varones, el título del ducado probablemente pasará a un pariente varón más cercano, mientras que su hija sería conocida como por su nombre más el título de Lady y el apellido Grosvenor, lo que viene a reabrir el debate sobre las antiguas normas patriarcales que siguen vigentes en gran parte de la aristocracia británica, a pesar de haber tenido a dos reinas legendarias, la reina Victoria e Isabel II.
Este tema sigue siendo un punto de debate en el Reino Unido, ya que muchas personas consideran que estas leyes son arcaicas y discriminatorias. La diputada conservadora, Harriet Baldwin, presentó un proyecto de ley que buscaba reformar la sucesión nobiliaria en el Reino Unido para permitir que las mujeres pudieran heredar títulos nobiliarios, eliminando la preferencia masculina tradicional. Este cambio habría alineado las normas de sucesión nobiliaria con los principios de igualdad de género que ya se aplican en otros ámbitos, como la sucesión al trono británico.
Sin embargo, el proyecto no logró avanzar más allá de su segunda lectura en la Cámara de los Comunes debido a la disolución del Parlamento en mayo de 2024, antes de las elecciones generales. El debate quedó inconcluso y, a menos que se presente un nuevo proyecto de ley por parte de un miembro privado del Parlamento, las normas actuales seguirán vigentes. Por lo tanto, en casos como el del duque de Westminster, solo el primogénito varón puede heredar el título, mientras que las hijas quedan excluidas de esta posibilidad.
¿De dónde viene el patrimonio de los Grosvenor?
Gerald Cavendish Grosvenor en 2016 cambió para siempre la vida de Hugh Grosvenor, el único hijo varón de los cuatro que tuvo junto a Natalia Grosvenor. El séptimo duque de Westminster heredó el ducado y la totalidad de los bienes de su padre. Cumplió los 34 años el pasado enero y es uno de los jóvenes más poderosos del Reino Unido. Los números hablan por sí solos: su fortuna está estimada en 10.700 millones de euros y es dueño de más tierras que el propio Carlos III al tener más 1.500 propiedades en 60 países diferentes, incluido en España.
El patrimonio de los Grosvenor es inmenso desde que Gilbert "le Grosveneur" llegó a Inglaterra con la conquista normanda en 1066. Efectivamente, los Grosvenor llegaron allí mucho antes que los Windsor y se establecieron en el mismo centro de Londres, aunque entonces eran unos terrenos pantanosos, en 1677 gracias al matrimonio de Sir Thomas Grosvenor con la heredera Mary Davies en 1677.
La reina Victoria fue la que otorgó a los Grosvenor un título ducal
Si hubiera que destacar otros hitos en esta historia familiar es que en 1874 fue la reina Victoria la que otorgó a los Grosvenor un título ducal y que fue el sexto duque de Westminster, el fallecido padre del actual, el que amplió la cartera y las propiedades familiares a nivel internacional profesionalizando el negocio en un poderoso grupo de gestión inmobiliaria que se extiende por otros países, incluyendo a España, ya que además de edificios en el centro de Madrid tiene la espectacular finca de La Garganta, en Ciudad Real. Hay que señalar que es algo similar y que coincidió en el tiempo con lo que ocurrió con el ducado de Cornualles, ya que fue Carlos III, como príncipe de Gales, el que lo hizo crecer hasta convertirlo en el lucrativo y fructífero negocio que es hoy y que heredó el príncipe Guillermo, de la misma generación que su amigo el duque de Westminster.
En el año 2013 se reformó la Ley de Sucesión a la Corona británica: la 'Ley Charlotte'
Hay que recordar que en el año 2013 antes de que naciera el primer hijo de los príncipes de Gales, entonces duques de Cambridge, los príncipes Guillermo y Kate, se modificaron algunas disposiciones de la Ley de Sucesión de la Corona británica para poner fin al sistema de primogenitura masculina, bajo el cual un hijo menor desplazaba a una hija mayor en la línea sucesoria. Algo que le había ocurrido a la princesa Ana, que fue desplazada por los príncipes Andrés y Eduardo, y una generación después a Lady Louise , que vio como su hermano James se convertía en el heredero del condado de Wessex (título del que ya dispone) nada más nacer.
La princesa Charlotte, nacida en 2015 como la segunda hija de los príncipes Guillermo y Kate, fue la primera en beneficiarse de esta reforma histórica. A pesar de tener un hermano menor, el príncipe Louis, Charlotte se mantiene como tercera en la línea de sucesión al trono después de su padre, el príncipe Guillermo, y su hermano mayor, el príncipe George.
Además, esta ley eliminó algunas restricciones relacionadas con matrimonios. Por ejemplo, los miembros de la familia real que se casan con una persona católica ya no pierden su derecho al trono, aunque el monarca sigue siendo jefe de la Iglesia de Inglaterra.