Saber qué come el presidente del Gobierno, cuáles son sus preferencias culinarias o cómo se organiza la compra en La Moncloa son temas que despiertan la curiosidad de cualquiera. Aunque podrían parecer secretos difíciles de desentrañar, estos misterios quedaron, al menos en parte, al descubierto gracias a José Roca, el cocinero oficial del Palacio de La Moncloa. El pasado 19 de marzo, Roca fue invitado al programa La Revuelta de David Broncano en TVE, tras la entrevista al actor Quim Gutiérrez.
Ya jubilado desde hace tres meses, como contó a David Broncano, Roca es historia viva de nuestro país: ha cocinado para todos los presidentes de la democracia, desde Adolfo Suárez hasta Pedro Sánchez. En esta ocasión, compartió con Broncano y Gutiérrez algunas de las anécdotas y curiosidades que han marcado sus cuatro décadas de servicio.
Aunque hoy se le reconoce como el chef de La Moncloa, Roca empezó desde abajo. Cuando entró a trabajar allí, empezó como lavaplatos mientras estudiaba en la universidad. Se unió al equipo de cocina de La Moncloa en 1978, durante el gobierno de Adolfo Suárez. Pero “cuando entró el primer lavavajillas, yo ya no fregaba”, dijo entre risas, recordando sus inicios humildes. Con el tiempo, ascendió hasta convertirse en jefe de cocina, un puesto que ha ocupado durante 11 años.
Discreto por la importancia de su trabajo, Roca se permitió revelar detalles interesantes sobre los gustos culinarios de algunos de los habitantes del Palacio de La Moncloa para los que ha tenido el privilegio de cocinar. Ninguno se mostró especialmente exigente, aunque José Luis Rodríguez Zapatero destacaba por su interés en platos de distintas culturas, un reflejo de su pasión por las relaciones internacionales. Mariano Rajoy, por su parte, era un amante declarado "de la cocina gallega, que tiene unos productos maravillosos”.
En cuanto a las preferencias carnívoras de los inquilinos de La Moncloa, todos ellos coinciden en algo: “Les gusta la carne al punto, especialmente al presidente de ahora”, admitió Roca, refiriéndose a Pedro Sánchez, quien no tardó en responderle en X con un mensaje cariñoso: “¡Qué bien me conoces, José! Disfruta de tu jubilación más que merecida”.
Sin embargo, las preferencias no siempre fueron tan uniformes, al menos cuando se trataba de los desayunos. Cada presidente tenía sus propios gustos que, según Roca, “iban cambiando” con el tiempo. Eso sí, un elemento ha sido constante en los desayunos presidenciales: la fruta, por su aporte de vitaminas, fibra y minerales.
Creatividad y buen ambiente en la cocina
Durante 46 años, José Roca estuvo trabajando en la cocina de La Moncloa, que para él era mucho más que un lugar de trabajo, era un espacio donde reina un ambiente distendido. “Nos reímos mucho”, confesó Roca, destacando que el equipo, aunque reducido, eran seis personas, tiene la tarea de alimentar no solo al presidente del Gobierno, sino también a todo el personal que trabaja allí, además de preparar las comidas oficiales. A pesar de la carga de trabajo, se bastan para que todo funcione a la perfección.
Para abastecer la despensa, como en cualquier hogar español, el sistema de compra combina planificación y flexibilidad. “Yo tengo unos menús previstos”, explicó el chef, que se iban ajustando según las preferencias de los comensales. Suelen hacerse los pedidos por encargo, pero si necesitan algo de última hora “vamos a un supermercado normal” a comprarlo.
Anécdotas y momentos memorables
Uno de los recuerdos más emotivos que compartió fue el de su jubilación. Su despedida tuvo lugar en el Salón de Columnas del Palacio de La Moncloa, un espacio reservado para la diplomacia de mayor nivel. Allí, Pedro Sánchez le entregó la medalla de la Orden de Carlos III, un gesto de agradecimiento por su trayectoria profesional, que Roca aceptó con humildad. “Recibí la medalla en mangas de camisa. De las personas que tienen esa medalla, no creo que nadie la haya recibido así”, recordó con humor.
Roca también habló sobre las medidas de seguridad alimentaria a las que algunas veces se ha tenido que enfrentar. Y recordó la visita del presidente turco a nuestro país. En España no se utiliza un catador, sin embargo, durante una visita oficia de Recep Tayyip Erdogan trajo su propio verificador para comprobar "que la comida estuviera en las mejores concisiones. No me ofendí; te acostumbras”, comentó sin darle mayor importancia.
Adaptación y desafíos
El chef subrayó que en la cocina no hay nada realmente difícil, excepto aquello que no se sabe hacer. Esa actitud de aprendizaje constante ha sido clave en su éxito, especialmente durante las comidas oficiales, donde todo debe ejecutarse con rapidez y precisión. Como miembro del Club de Chefs de Chefs, que reúne a cocineros de presidentes y casas reales de todo el mundo, Roca ha tenido la oportunidad de intercambiar experiencias con sus colegas internacionales y para poner en práctica esas enseñanzas tienen a unos 'catadores de lujo'. “Muchas veces [los presidentes] son como las cobayas. Experimentamos con ellos, sobre todo si son platos que se salen de lo habitual”, confesó entre risas, dejando entrever que incluso los líderes mundiales son partícipes de la creatividad en la cocina.