Cristina Pedroche ha confesado que su segundo embarazo está siendo muy diferente al primero no solo porque hay semanas en las que se ha sentido "superada en muchos momentos", sino porque ahora tiene que hacer frente al cansancio por las noches en vela con su hija Laia, que el próximo 14 de julio cumplirá 2 años. "Juradme, por favor, que en algún momento los niños duermen del tirón. Ojalá lo hiciera antes de que viniera el otro porque si no, no sé cómo me voy a apañar durmiendo con los dos. Venga, que todavía me quedan cuatro meses y lo mismo sucede", ha escrito en sus redes este fin de semana.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Sin embargo, hay cosas que no han cambiado y se han mantenido intactas, como la tradición que ha repetido con su segundo bebé. Nos referimos al llamador de ángeles que Cristina siempre lleva colgado. Se trata de un amuleto muy especial para ella que la acompañó la primera vez que se quedó embarazada y ahora también.
Esta joya, que utilizan muchas embarazadas, es un colgante con una esfera redondeada que suele tener en su interior un pequeño cascabel que emite un sonido muy particular cuando se mueve. La leyenda cuenta que protege tanto al bebé como a la madre, además de favorecer su bienestar. La también llamada 'bola de la maternidad' se debe llevar larga, a la altura del vientre, tal y como hace Cristina.
El llamador de ángeles siempre ha causado mucha curiosidad entre sus fans y, cuando estaba embarazada de Laia, la mujer del chef David Muñoz ya explicó en qué consistía este amuleto de unión entre la madre y el bebé: "La esfera es como un sonajero que emite un sonido muy sutil cuando se mueve. Se dice que ese sonido relaja al bebé y que, cuando nacen, son capaces de reconocerlo. Dicen que se puede empezar a usar desde la semana 16, que es cuando empiezan a escuchar, yo lo llevo desde antes, porque me pareció precioso y sentía muy buena energía al llevarlo".
Cristina también contó una particularidad y es que: "Te lo tienen que regalar y nadie lo puede tocar, solo tú y tu bebé cuando nazca (lo puedes poner cerca de la cuna o regalárselo cuando se haga mayor)". Además, aseguraba que "protege la tripa de golpes porque, al estar por delante, hace como un escudo".
La colaboradora de Zapeando, siempre conectada con su lado más espiritual, lleva ahora una esfera de color aguamarina con un aro dorado, igual que la cadena. Este color tiene un significado espiritual profundo y está asociado con la calma, la sanación y la protección. Su tonalidad, que oscila entre el azul y el verde, evoca la energía del agua y transmite serenidad y claridad mental.
El colgante es muy distinto al que llevó en su primer embarazo. Tal y como puede verse en esta imagen, Cristina llevaba una esfera de color blanco con círculos dorados de diferentes tamaños. El color blanco tiene un significado espiritual muy poderoso y versátil: se asocia con la pureza y la luz, es un color que transmite armonía y calma, que repele energías negativas y mantiene el aura limpia. Un llamador de ángeles blanco se considera un amuleto que ayuda a atraer energías angelicales de paz, protección y sanación, además de que fortalece la conexión con los guías espirituales y facilita la meditación y la introspección.
No es la primera vez que Cristina Pedroche recurre a este tipo de símbolos en momentos importantes de su vida. Su conexión con la meditación, el yoga y la búsqueda del equilibrio personal han sido una constante en los últimos años, algo que ha transmitido en sus redes sociales y que, en esta etapa de su vida, cobra aún más significado.