Joaquín Cortés ha vivido romances con algunas de las mujeres más bellas: de la top Naomi Campbell a la actriz Goya Toledo, pasando por la recordada modelo María Pineda, Amparo Larra, ha sido con la psicóloga Mónica Moreno con quien ha encontrado la estabilidad en todos los sentidos. Ambos tienen dos pequeños, Romeo y Leone, de seis y cuatro años, con los que el bailaor posa por primera vez en ¡HOLA!
A punto de regresar a los escenarios con su espectáculo de flamenco Esencia, que retoma el próximo 21 de marzo en Fuenlabrada (Madrid), Joaquín y Mónica nos desvelan cómo surgió su historia de amor en dos actos y cómo se han apoyado los dos en sus momentos más duros: la psicóloga reapareció en la vida de Joaquín en la etapa más difícil del artista flamenco.
“Acababa de fallecer mi madre, que fue el peor momento de mi vida. Yo estaba sensible y un poco perdido, porque no quería estar en el mundo. Es que la relación que tenía con mi madre era como si nunca se hubiera roto el cordón umbilical. Teníamos una conexión brutal y ella fue el motor de mi vida. Si me convertí en número uno fue por mi madre”, nos explica Cortés. “A poco tiempo, apareció Moni. Ya nos habíamos conocido anteriormente, pero eso fue una etapa fugaz. Empezamos como amigos…”, nos añade.
—Se llegó a contar que Mónica era tu psicóloga.
—JOAQUÍN: Eso es mentira. Pero es verdad que apareció en un momento mío delicado y supo estar ahí. Nos hicimos amigos y empezamos una relación como con libertad, en el sentido de abierta. Pero se fue afianzando.
—MÓNICA: En realidad, le conocí antes en una discoteca de Madrid, cuando yo tenía 20 años y él 36. Fue en una discoteca de Madrid. Nos cruzamos cuando yo iba el baño y nos quedamos mirando. Yo no lo identifiqué, pero me parecía alguien familiar. Me pidió el teléfono y no quería dárselo, pero mis amigas me convencieron y se lo escribí en un papel. Así empezamos a hablar y quedamos.
—Entonces, ¿ya fuisteis pareja antes de salir en 2011?
—M: Nos vimos unas poquitas veces. Pero, cuando me dijo de llevarme a Cannes, me asusté. Sabía que me iba a cambiar la vida y me iba a seguir la prensa porque él estaba en un gran momento.
—¿Cuándo ocurrió esto?
—M: Antes de que él saliera con Marisa Jara, en el 2006. Ahí dejamos de hablarnos, pero, cinco años después, nos volvimos a encontrar. Durante esos cinco años, me llamaba y yo le colgaba. Es que entonces yo ya tenía pareja y no quería hablar con él. Un día, nos reencontramos por mi preparador físico. Ahí me dijo: ¿Me puedes decir por qué llevas cinco años sin cogerme el teléfono?”. Empezamos a volver a quedar… Y hasta hoy.
—J: Y así llegó Romeo, que fue quien me devolvió el brillo a mis ojos y la luz, porque yo lo había perdido con mi madre. La llegada de Romeo fue un momento muy bonito para mí.
—Joaquín, ¿qué destacarías de Mónica?
—J: Independientemente que tenga una carrera de psicología, no es fácil para una mujer convivir con un artista… Las idas, las venidas… Pero llevamos ya 14 años. Como todas las parejas, hemos tenido momentos difíciles, con nuestros altibajos y nuestras discusiones. Alucino cuando la gente cuenta cuentos de Disney, porque eso no existe.
—M: Tenemos discusiones, pero me he dado cuenta que nuestras mayores discusiones surgen cuando estamos con los niños. Es normal, generan muchos nervios y estrés.
—J: Pero tenemos dos hijos maravillosos, dos regalos. Estamos intentando esa unión familiar, estando a gusto, enseñándoles a ellos y, a la vez, buscando lo mejor.
—¿Y tú Mónica? ¿Qué valoras de Joaquín?
—M: Muchas cosas: el sacrificio que ha hecho desde crío, el haber sacado adelante de su familia, sus valores… También lo responsable y disciplinado que es en el trabajo. Aunque pueda parecer soberbio, es supernoble. A mi padre lo perdí justo a los dos años de empezar con Joaquín y a mi madre, en noviembre del año pasado.
Recuerdo que ese día Joaquín estaba ensayando para una actuación que tenía que dar en Madrid, pero lo dejó todo para venir corriendo al hospital. Mucha gente se enteró que había fallecido mi madre, porque Joaquín le dedicó el show a mi madre. En el escenario, dijo: “Sé que me va a estar oyendo y va a estar encantada de la vida de que le haya dedicado el show”. Eso fue muy bonito.
—Creo que no estáis casados. ¿Tenéis planes?
—J: No lo estamos, no. Es que no creo en un papel. Quizá, el día de mañana, por el bien de los niños…
—¿Te planteas tener más hijos?
—J: En su momento, quería tener cuatro o cinco, pero luego vi que era muy complicado. Después de nacer el segundo, que fue maravilloso, pensar en un tercero o cuarto da un poco de pereza. Además, ya tengo 56 años.
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