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Nadia Comaneci posa con un premio Laureus© FERNANDO JUNCO

En su viaje a Madrid para anunciar los nominados a los Premios Laureus de este año

Nadia Comaneci, la leyenda olímpica del 10 perfecto: 'Pienso que fui muy muy valiente'

'Tenía 14 años cuando fui la mejor del mundo y creo que me gané inmediatamente el respeto de los hombres, algo que era muy difícil en aquellos tiempos'


15 de marzo de 2025 - 16:48 CET

Más de seis mil atletas se concentran en Montreal, Canadá, en el mes de julio de 1976. Muchos están expectantes por ver, de nuevo, a Olga Kórbut, la gimnasta soviética que, cuatro años atrás, en Múnich, realizó un increíble salto mortal hacia atrás en la barra de equilibrio. El gorrión de Minsk se había convertido en una estrella, pero había nacido otra que estaba a punto de dejar su huella. Aunque, unos meses antes, Nadia Comaneci había conseguido la máxima puntuación en la Copa América de gimnasia, el público no reparó en ella hasta aquel 18 de julio. 

La joven atleta, de catorce años, aparece en el Estadio Olímpico de la ciudad canadiense. Con su pelo recogido en una coleta, adornada con dos cuerdas -blanca y roja-, aprieta los labios y se prepara para realizar su ejercicio en barras asimétricas. Para asombro de todos, 'vuela' por el aire y logra lo que nunca nadie hubiera imaginado: el primer 10 de la historia de los Juegos Olímpicos. Los espectadores, atónitos, aplauden desde las gradas… hasta que, en cuestión de segundos, se percibe la confusión en sus rostros. Pese a la impecable ejecución, ven, estupefactos, el resultado: un '1.0'. Simplemente, el marcador tampoco estaba preparado para su diez perfecto.

Nadia Comaneci posando con uno de los premios Laureus en el sofá© FERNANDO JUNCO
Nadia Comaneci posa con un Premio Laureus. Los conocidos como 'Oscar del deporte', que destacan a los deportistas más destacados del año, se entregarán el próximo 21 de abril en Madrid

Nadia no lo sabía, pero su vida acababa de cambiar para siempre. Comenzaba a forjarse una leyenda olímpica y todo un símbolo nacional en su Rumanía natal. A su regreso a casa, miles y miles de compatriotas se lanzaron a las calles para recibirla a ella y a sus compañeras. "Cuando salí del avión, miraba hacia atrás y no entendía qué estaba ocurriendo. Llevaba en la gimnasia ocho años, pero nunca antes había miles de personas esperándome en el aeropuerto. Ahí me di cuenta de que era un gran momento para el país. Todo el mundo me conocía, me hice famosa", confiesa Nadia a ¡HOLA!

Hablamos con la deportista a su paso por Madrid, donde asistió, la semana pasada, al acto en el que se anunciaron a los nominados a los Premios Laureus. Los conocidos como los 'Oscar del deporte' —que se celebrarán el próximo 21 de abril en el Palacio de Cibeles de Madrid— destacan a los mejores deportistas del año —entre los que figuran el tenista Carlos Alcaraz o la futbolista Aitana Bonmatí—. "Como dice el alcalde, esta es la ciudad de los deportes", nos dice con una gran sonrisa.

"Quizá, lo que la gente aprecia de mí es que nunca tiré la toalla en los tiempos difíciles"

—Este año se celebra el 25 aniversario de los Premios Laureus. ¿Serán todavía más especiales que los anteriores?

—Sí, porque se cumple un cuarto de siglo desde que todo empezó. Este año celebramos a los mejores atletas de 2024, pero es todavía más importante el trabajo que hace Laureus Sport for Good, con todos esos proyectos alrededor del mundo. He formado parte de muchos y he escuchado que hemos podido ayudar a siete millones de niños a lo largo de estos 25 años, lo que demuestra que el deporte es una gran herramienta para niños que no tienen oportunidades.

—Se nota que estás muy contenta con todo este trabajo.

—Sí, lo estoy. Recuerdo que, en los inicios, estábamos como nueve miembros de la Academia en una habitación, en Montecarlo, y, de repente, se abre la puerta y aparece Nelson Mandela. Fue toda una sorpresa. Se tomó su tiempo para hablar con cada uno de nosotros por separado. Me conocía, sabía de mi vida (muchísimo más de lo que me esperaba) y, después, me dijo las palabras mágicas: el deporte tiene el poder de cambiar el mundo. Creo que todos lo entendemos así y por eso estamos aquí.

Nadia Comaneci haciendo su ejercicio de gimnasia© Cordon Press
La deportista, con catorce años, en los Juegos Olímpicos de Montreal, donde consiguió el primer diez de la historia
El marcador de los JJOO de Nadia Comaneci© Getty Images
La joven gimnasta al lado del marcador, que tampoco estaba preparado para mostrar la máxima puntuación: en vez de un '10' mostró un '1.0'

La niña que rompió todos los moldes

—El deporte cambió tu vida por completo…

—No estoy segura de si fui yo quien descubrió el deporte, o al revés. Antes había muy pocos deportes para las mujeres. Yo tuve la suerte de que existiera la gimnasia. La mayor parte del tiempo jugaba con niñas, pero, sobre todo, con chicos, porque quería retarles (se ríe), enseñarles todo lo que podía hacer. No eran tiempos en los que se hablara de oportunidades para las mujeres, igualdad…

—Una niña rodeada de hombres, tuvo que ser difícil…

—Yo era muy joven, tenía 14 años, cuando fui la mejor del mundo (entre hombres y mujeres) y fui capaz de conseguirlo porque llevaba ocho años haciendo deporte (empecé cuando tenía seis). Creo que me gané inmediatamente el respeto de los hombres, algo que era muy difícil en aquellos tiempos, porque siempre hubo esa mentalidad de que ellos podían hacerlo mejor…

"El deporte te enseña sobre el fracaso, el éxito, cómo sobreponerte a los tiempos complicados… A mí me hizo fuerte y me hizo ser capaz de adaptarme a todos los tiempos de mi vida"

—¿Y eras consciente de todo lo que estabas haciendo?

—No… Yo no sabía nada de los Juegos Olímpicos. Había una instalación en mi ciudad (Onesti), que no era muy grande. Un sitio al que los padres llevaban a sus hijos que no sabían estar quietos. Mi madre estaba muy contenta de que pudiera moverme y poner allí toda mi energía. Y a mí me gustaba porque lo veía como un reto. Dos años más tarde, mis compañeras de equipo y yo empezamos a ir a pequeñas competiciones en la ciudad… Y me di cuenta de que me gustaba competir con otras personas, 'medirme' con todo el mundo… y no siempre era la mejor.

—Pero ¿también tuviste que hacer sacrificios? Porque exige disciplina.

—Pienso que todos los niños necesitan ser disciplinados en la vida. Mi disciplina era estar ocupada en el deporte, pero también tenía la satisfacción de que estaba aprendiendo cosas que mis amigos no sabían. No empecé en esto porque quisiera ir a las Olimpiadas… El 80 % de las veces me caía durante los entrenamientos, pero siempre me volvía a levantar. Había mucha dedicación. En esos Juegos Olímpicos, tuve un gran día, pero no todos eran así.

Nadia Comaneci posa para ¡HOLA!© FERNANDO JUNCO

El primer diez perfecto de la historia

—Volviendo a esos Juegos Olímpicos, en los que conseguiste el diez perfecto. Si pudieras, ¿te dirías algo a ti misma?

—Me gusta el resultado. No querría cambiar nada. He estado en este mundo sesenta años. Ha sido una experiencia muy enriquecedora, porque siempre encontré puertas abiertas. Claro que hubo momentos difíciles, pero la vida es complicada. Tienes que tomar decisiones y esperas que sean las correctas. Aun así, tienes que lanzarte. Creo que mi vida siempre se trató de encontrar cuál era el siguiente paso. Echo la vista atrás, miro a la pequeña Nadia y pienso que he sido muy muy valiente. Quizá, lo que la gente aprecia de mí es que nunca tiré la toalla en los tiempos difíciles. Mi familia me enseñó que no tenía que esperar a que alguien me sirviera algo en una bandeja, sino que tenía que luchar por ello. A mí el deporte me dio una plataforma para seguir trabajando duro. Cuando hablo con mujeres, me doy cuenta de que siempre hemos estado ahí, lo que ocurre es que nunca hemos hablado de lo duro que trabajamos. Ahora se nos reconoce, se destaca y la gente lo celebra. Me dijeron, hace tiempo, que abrí camino para que las niñas pequeñas hicieran deporte, y no entendía entonces qué es lo que querían decir exactamente. A día de hoy, lo comprendo más, pero era muy difícil para las mujeres dar un paso hacia delante y decir: 'Somos fuertes, podemos hacer esto'.

—Cuando fuiste a Montreal, no pensabas que eras la mejor. ¿Cómo es posible?

—No me comparaba con otros. Hacía la misma rutina muchísimas veces. En ocasiones, sentía que era buena; en otras, normal… Pero, de cara al mundo, lo que hacía era grande.

" Mi familia me enseñó que no tenía que esperar a que alguien me sirviera algo en una bandeja, sino que tenía que luchar por ello"

—¿Cuántas veces has visto ese momento?

—No lo veo todo el tiempo, pero cada 18 de julio, hay alguien que me llama. Me siento muy honrada. Han pasado casi cincuenta años de eso y, cuando me encuentro gente que tenía mi edad entonces (sobre todo, mujeres), lloran y se emocionan. Muchas me han dicho que las he motivado a superar momentos difíciles en la vida y seguir hacia delante. Cuando conocí a Céline Dion, me dijo lo mismo... así que no sé cuánta gente se emocionó conmigo, porque no pienso en mí misma. 

—¿Lo has visto con tu hijo?

—No. Mi hijo (Dylan, fruto de su matrimonio con el ex gimnasta olímpico Bart Conner) tiene dos padres que juntan, en total, once medallas olímpicas. No era algo de lo que hablásemos en casa, porque no queríamos ponerle presión. Cuando iba a la guardería, un día vino a casa y nos dijo: 'Mamá, papá, ¿sabéis que sois famosos?'. Lo descubrió por otros chicos. Él estuvo en nuestra academia de gimnasia dos años, después hizo fútbol y otros deportes… Pero creo que, en el fondo, sentía que siempre iba a ser comparado con nosotros, así que dijo: 'Voy a hacer mi camino'. Y lo está haciendo.

Nadia Comaneci posando sobre un sofá© FERNANDO JUNCO

—¿Retirarte fue complicado?

–No, porque continué haciendo exhibiciones de gimnasia después. Mi última competición fue en 1981, en los Juegos Universitarios de Bucarest. Quería terminar mi carrera en casa y después me quedé para algunas exhibiciones. En el 84, estaba preparada para hacer la transición a entrenadora. Todavía sigo en ello, aunque no compita. Hice más que suficiente.  

—¿Qué se siente al ser una leyenda olímpica?

—Siento que soy capaz de inspirar, a todo el mundo, a creer que es posible dar lo mejor de ti, descubrir tu pasión… El deporte te enseña sobre el fracaso, el éxito, cómo sobreponerte a los tiempos complicados... A mí me hizo fuerte, me hizo ser capaz de adaptarme a todos los tiempos de mi vida.

Nadia Comaneci y su marido, Bart Conner© Getty Images
Con su marido, Bart Conner, también gimnasta olímpico, con quien tiene un hijo, Dylan
El tatuaje que Nadia Comaneci se hizo en el tobillo© @comaneci10
Una imagen del tatuaje que se hizo en el tobillo, en recuerdo al '1.0' que mostró, por error, su marcador en los Juegos Olímpicos de Montreal

"La presión que sentía era la que yo me autoimpuse" 

—-Ahora se habla mucho de salud mental (sin ir más lejos, Simone Biles se retiró en los Juegos de Tokio, priorizando su bienestar), pero cuando tú competías no era así...

­—No era un tabú, ni siquiera tenía nombre. Solíamos llamarlo un 'estado de la mente'. A Simone le pasó delante de todo el mundo… Creo que ese 'colapso', por llamarlo de alguna manera, se produce porque la gente espera mucho de ti y todos los atletas hemos pasado por eso. A veces, tienes tu cabeza en otro lugar y es difícil concentrarte, pero los Juegos no van a cambiar de fecha solo porque tú no estés al cien por cien mentalmente, así que tienes que encontrar formas de 'evadirte'. La mía era cantar. Me iba a una esquina para alejarme de todo el ruido, y es verdad que teníamos un psicólogo que nos daba juegos para entrenar la paciencia. De esa manera, no pensabas en los nervios o en la presión; estabas concentrada en el juego. Tenías que encontrar tu rincón cuando necesitabas distanciarte de todo el mundo y la gente tiene que entender que no lo haces porque quieras alejarlos de ti, sino porque necesitas ese tiempo. Ahora se habla, pero entonces nadie nos advirtió que podíamos sentir ansiedad o que podíamos manejarlo de una forma u otra. Tuvimos que descubrirlo por nosotros mismos. No podías decir que no te sentías bien, porque no se te daba el beneficio de la duda. La gente no sabía cómo explicarlo.

—¿Tú sentiste mucha presión? Porque te volviste muy famosa de un día para otro.

—La presión que sentía cuando era una niña era la que yo me autoimponía. En los segundos Juegos a los que fui, sentí más presión porque ya era una adulta, tenía diecinueve, y sí que notaba que la gente me miraba como: 'Ella es la campeona olímpica, todo lo que haga ahora, menos que eso, no va a estar bien'.

"Muchas mujeres me han dicho que las he motivado a superar momentos complicados y seguir hacia delante. Cuando conocí a Céline Dion me dijo que también se emocionó conmigo"

—¿Tienes algún proyecto a la vista?

—Los Premios Laureus, en abril, y como cada año celebramos, en Oklahoma, la ceremonia del Salón Internacional de Famosos en la Gimnasia. Rendimos homenaje a antiguos campeones olímpicos que se han retirado, como mínimo, hace diez años y continúan estando involucrados en el mundo del deporte. También estoy trabajando en una película documental, porque el próximo año es el 50º aniversario de mi diez.

—¿Nos revelarás algún secreto?

—Siempre soy muy cuidadosa con lo que comparto. La mayor parte de mi vida estuvo expuesta, así que tienes que protegerte a ti misma un poquito. Lo hago más como una celebración de lo que el deporte ha hecho por mí…

Nadia Comaneci posa apoyada sobre una pared© FERNANDO JUNCO
Nadia Comaneci con Céline Dion© @nadiacomaneci10
Con la cantante Céline Dion, que dijo sentirse emocionada con su historia
Nadia Comaneci con Simone Biles© Getty Images
En una imagen de archivo junto a la gimnasta Simone Biles, que decidió retirarse en los Juegos Olímpicos de Tokio porque no se veía preparada mentalmente para afrontar algunas competiciones

TEXTO

Ana Caaveiro

FOTOS

Fernando Junco

REALIZACIÓN Y ESTILISMO

Marta Cabello

AGRADECIMIENTOS

The Palace Hotel

MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA

Eva Escolano

LOOK 1

Chaqueta: MAX MARA / pantalón: THE LABEL EDITION / sandalias: AQUAZZURA 

LOOK 2

Chaqueta y pantalón: BYNIUMAAL

LOOK 3

Chaqueta y pantalón: TOT-HOM

LOOK 4

Pantalón: BYNIUMAAL / brazalete: AQUAZZURA

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.