Quién le iba a decir a Alice Campello que cumpliría 30 años en Estambul. Su vida en los últimos meses ha dado muchas vueltas y la última de ellas la ha llevado a comenzar un nuevo camino en Turquía de la mano de su marido, Álvaro Morata, y sus cuatro hijos. Vuelven a estar juntos como un matrimonio unido y no podría imaginar un inicio mejor a esta nueva década, que festejaron con un plan y un regalo espectaculares.
La empresaria e influencer italiana y el futbolista anunciaban a finales de enero que daban una segunda oportunidad a su relación -después de separarse el pasado mes de agosto-, y que se mudaban a Estambul, tras el fichaje de Morata por el Galatasaray. Era el capítulo más esperado de su bonita historia, el triunfo del amor después de que su ruptura sorprendiera a todo el mundo… Y por eso este cumpleaños era tan importante y lo han celebrado de una forma muy especial, como nos ha contado Alice.
“¡Nunca imaginé cumplir los 30 en Estambul! -ríe-. Estuvimos todo el día con los niños, desayunamos juntos, los llevamos al colegio, comimos juntos y al final del día, nos fuimos a cenar Álvaro y yo, que a raíz de todo lo que pasó, nos viene super bien tener nuestros momentos”, nos relataba sobre cómo había sido su día, el 5 de marzo. Después de este tiempo separados, para ellos es muy importante pasar tiempo los dos, trabajar en su relación y sobre todo en ellos mismos para poder estar bien como pareja y como familia. “Es un poco como volver a ser novios otra vez, como conquistarte otra vez”, explicaba.
Como plato fuerte de esta celebración, llegó el regalo que Álvaro le hizo a Alice: un impresionante anillo del que ella compartió una imagen en sus redes sociales. Un regalo que no solo le encanta porque ella es una “loca de las joyas” -como nos dice-, sino por el significado. “Para mí es volver a empezar, a crear algo nuevo juntos. Me ha hecho ilusión tener algo que me recuerde esta nueva etapa de nuestra vida”, confiesa.
Era como una nueva pedida de mano, un nuevo compromiso dentro de su historia de amor, después de darse cuenta de que no podían estar el uno sin el otro y que merecía la pena luchar por ellos. En este tiempo, han aprendido a conocerse y a trabajar en su salud mental y Alice nos recalca que es algo que nunca hay que dejar de lado para poder tener las herramientas con las que enfrentarse a todos los baches y contratiempos que el destino pueda poner en su camino.